La gran hoguera volverá a encenderse este sábado en el parque Papa Francisco para recibir al solsticio de invierno. Un gran espectáculo que se vio interrumpido en los últimos años a causa de la pandemia.
Vuelve, todo vuelve. Ahora será el turno de la popular Fogata de San Juan, que regresará este sábado a Ingeniero Maschwitz para revivir el ritual del fuego, recibir al solscitio de invierno y dar por iniciada una nueva etapa en la vida de quienes participen de esta celebración ancestral.
El tradicional evento tendrá este sábado en el parque Papa Francisco, ubicado sobre la calle El Dorado, a metros de la estación de trenes de la localidad. El inicio de la jornada está anunciado para las 17:30.
Se espera que una gran cantidad de gente esté presente en el momento en que se encienda al hoguera para iniciar el rito del fuego con la quema del emblemático Ninot y los muñecos llamados “Juanitos”.
Con motivo del inicio del solsticio de invierno, todos los años se realiza esta celebración originada en Europa por el comienzo del verano y que llegó al continente americano con la colonización. Simbólicamente, el fuego tiene una función “purificadora” en las personas que lo contemplan para dejar atrás lo viejo y darle lugar a lo nuevo.
El espíritu de esta tradición es deshacerse a través de las llamas del fuego de aquellas cosas que nos pesan, renovar las esperanzas y recibir los cambios, dejando que las angustias, sufrimientos y pesares del pasado vayan dando paso a lo nuevo.
“Es una alegría inmensa anunciar que vuelve la Fogata de San Juan de Maschwitz en su onceava edición. Sentir que volveremos a encontrarnos otra vez alrededor del fuego, en la noche más larga del año a celebrar nuestra ceremonia de amor y arte, nos llena de ilusión”, expresó Guillermo Olivera, de Arde Juan, la organización detrás de este evento.
“Atravesamos estos tiempos tan especiales y sensibles para la humanidad y para cada uno de nosotros. Ojalá que no haya sido en vano y que esta revelación del valor de la vida y de qué hacer con ella nos haya abierto los ojos. Este año queremos expresar la profunda e impostergable necesidad que tenemos como humanidad”, agregó Olivera.
La llegada del coronavirus al país pospuso este ritual durante dos largos años, en los que su conmemoración se redujo al seno íntimo de cada familia.
Ahora, como ocurría en la prepandemia, se espera que cientos de vecinos se unan a esta celebración de luz y fuego, en la que realizarán ofrendas y pedidos al patrono. Si llueve, se pasará al próximo sábado.
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