Tras permanecer clausurado durante más de dos años por falsificar una declaración de impacto ambiental para conseguir la habilitación oficial, el barrio náutico El Naudir Delta consiguió que el Municipio vuelva a autorizar la construcción de viviendas particulares, aunque con la condición de preservar un área de 21 hectáreas.
La decisión municipal ocurre después de dos resoluciones judiciales que dejaron sin efecto la medida cautelar por medio de la cual se había dispuesto la suspensión total de las obras, en marzo de 2022. El primer fallo, del 14 de diciembre de 2023, corresponde al Juzgado en lo Civil y Comercial Nº2 de Zárate-Campana. El segundo data del 23 de mayo de 2024 y lo emitió la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial. Dos años antes, el mismo tribunal había ratificado la paralización de las obras.
A partir de esta segunda resolución, el Municipio “volvió a inspeccionar el lugar y a exigir la documentación faltante, en favor de los vecinos que, de buena fe, habían adquirido los lotes”, según se informó en un comunicado. Cumplidos estos pasos, la autoridad local determinó habilitar la edificación de viviendas particulares en ese barrio.
Como condición para permitir la reactivación de este emprendimiento inmobiliario, el Municipio impuso a la controvertida desarrolladora E2 la obligación de garantizar la protección de una franja de 21 hectáreas que incluye a la zona de la barranca de El Cazador.
Este “corredor de conectividad ambiental territorial” se ubicará en una franja de la parcela 179ah, que tiene una superficie total de 180 hectáreas y está lindera a otra urbanización privada: El Cazal. Se trata de la parcela cuya incorporación al estudio de impacto ambiental falsificó la desarrolladora E2, tal como advirtió oportunamente la Organización de Ambientalistas Autoconvocados, que llevó el caso a la esfera judicial.
Esta zona de exclusión de 21 hectáreas tiene una importancia determinante para la preservación del ecosistema de humedales en el que se encuentra inserta. “De no conseguir esta franja de protección, el daño que se ocasionará será irreversible”, advirtió en mayo del año pasado la Dirección de Coordinación de Política Ambiental y Sostenible de la provincia de Buenos Aires.
Para revertir la medida cautelar que había paralizado las obras, los desarrolladores de este emprendimiento urbanístico tuvieron que cumplir con una serie de presentaciones, entre ellas un Plan de Gestión Ambiental que consiguió el aval de las autoridades locales.
La autorización para continuar con las obras corresponde únicamente a las etapas 1 y 2, que ya estaban iniciadas y avanzadas -especialmente la primera-, pero no incluye a la etapa 3. Al menos por ahora.
El Naudir Delta es una de las nuevas urbanizaciones que proliferan a la vera de la ruta provincial 25, entre la barranca de El Cazador y el río Luján, en Belén de Escobar. Su desarrollo está a cargo de la empresa E2, impulsora de otros countries como Naudir Aguas Privadas y El Cazal, ubicados en la misma zona. Su fundador y CEO es Adrián Saracco.
El proyecto Naudir Delta consta de 230 lotes de 900 metros cuadrados en promedio: 153 con vista al río Luján y 77 internos, con 39 hectáreas de espejo de agua navegable, según detalla la desarrolladora en su sitio web.
Trámite para construir
Quienes hayan comprado terrenos en El Naudir Delta podrán utilizar el sistema DASE para obtener los permisos simplificados de construcción a través de la plataforma Escobar 360. Después deberán seguir el trámite a través de la plataforma Sigot, para la aprobación de los planos de obras particulares.
Cualquier duda o consulta sobre el tema podrán evacuarla en la Secretaría de Planificación e Infraestructura, sita en Hipólito Yrigoyen 743, Belén de Escobar.
“Tuvieron una actitud nefasta”
Desde el Municipio, un funcionario confió en off a El Día de Escobar que la relación con la empresa desarrolladora E2, otrora muy cercana, quedó tensa a partir de este conflicto. De hecho, el gobierno local llegó a quedar en la mira por habilitar la construcción de este barrio náutico en base a documentación pública que había sido alterada.
“La actitud del desarrollador fue nefasta, incluso produjo un grave daño sobre los inversores de buena fe que compraron sus lotes. La relación con el Municipio es sumamente tensa, la fuimos llevando por canales informales, cosa que no era así antes de esta situación”, expresó el funcionario, que pidió mantener su identidad en reserva.
Por otra parte, recordó que “luego de la denuncia por presentar documentos con falsedades, el Municipio los clausuró y los multó”. Además, remarcó que “en esta resolución de habilitación para generar obras particulares, se le impuso una zona de 20,9 hectáreas que no se puede tocar, en la que no pueden construir nada”. “Es una resolución que la Dirección de Ambiente de la Municipalidad le exigió a la desarrolladora, que incluye la zona de la barranca de El Cazador y un arroyo que pasa por el lugar”, concluyó.