El “Chino” Verón perdió por puntos y no pudo alzar la corona sudamericana

Al púgil de Garín le faltó audacia para doblegar a un rival que se impuso a fuerza de maña, en una pelea tan desprolija como atractiva por su incierto desenlace.

Al púgil de Garín le faltó audacia para doblegar a un rival que se impuso a fuerza de maña, en un combate muy deslucido.

Por puntos y en fallo dividido, Mateo Verón (25) cayó este viernes a la medianoche ante Claudio Ábalos (33) y no pudo arrebatarle el título sudamericano mediano del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), en un combate a 12 rounds que se disputó en el polideportivo “La Patriada” de Florencia Varela y fue transmitido por la TV Pública.

Intentó pero no pudo. Tan trillada como cierta resulta ser esa frase para describir el desempeño del púgil de Garín en el caldeado cuadrilátero varelense. En una pelea tan desprolija como atractiva, por el desenlace incierto, Verón (72,550 kilos) fue levemente superior al defensor del cinturón, pero la falta de golpes certeros y una confusa caída determinaron que el título quedara en manos del local.

Como suele suceder, los primeros asaltos fueron de mero estudio. Transcurrieron casi insípidamente, sólo interrumpidos por algunas caídas bastante burdas, bajo la pasividad del garinense y la conformidad de Ábalos (71,800 kg), que con más maña –mucha cabeza y forcejeo- que técnica supo llegar a la mitad del combate con saldo positivo.

A partir de allí, “El Chino” decidió soltar un poco más la mano. Con jabs y ganchos empezó a buscar la cara y el estómago del campeón, impuso presencia en el ring y con una renovada estrategia, acompañada por la apatía del anfitrión, todo pareció indicar que la victoria estaba al alcance de su mano, que dependía exclusivamente de él.

Pero Verón jamás pudo asestar el ponderado uno-dos y su falta de convicción para ir a buscar la pelea con todo le jugó a favor a un ya cansado Ábalos -cortado en su ceja izquierda-, que siguió ensuciando el combate y con ademanes hizo despertar a un silenciado público.

Además, en el décimo round Verón sufrió una caída tan aparatosa como confusa y el árbitro Mario González, lejos de estimar la denuncia del púgil por una supuesta traba del contrincante, le realizó el conteo y, por ende, el golpe de gracia.

El representante de la AFUG salió a quemar las naves en los dos últimos asaltos, pero, además de comerse un golpe feo en el 11º, el nocaut salvador no llegó y la historia ya estaba escrita.

En un fallo dividido, 115-113 (Juan Carlos Palmieri) y 112-115 (Carlos Asinaro), la tercera tarjeta fue la que desempató y con la inexorable “ley del local”: el juez Héctor Miguel marcó un exagerado 116-111.

Así, el experimentado Ábalos (27G-13P-3E) pudo retener y festejar una vez más con su cinturón, mientras que Mateo Verón (19-10-2-2) se volvió a Garín sin el anhelado título sudamericano de los medianos.

Por Damián Fernández

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