En su primer mes como director general de Inspección, Comercio y Transporte, Marcelo Ronconi ha tenido un desempeño tan deficitario que ya empieza a quedar en evidencia ante los ojos de todos los escobarenses.
Durante su estadía anterior en la Dirección de Transporte, había fallado en su deber de hacer cumplir la ordenanza que estableció las tarjetas magnéticas para las líneas comunales. El ejemplo más flagrante es la 507, que ni siquiera tiene máquina expendedora de boletos.
Ahora, con la misma empresa, tampoco logró que identificara con el número 504 a las unidades que van al barrio Coprovi. Todas circulan con el 507, ligando irregularmente al complejo de viviendas con el cementerio municipal, ya que la autorización otorgada por el Concejo Deliberante fija como destino final la terminal de Belén de Escobar.
El tercer punto negro de su gestión lo marca el funcionamiento del pub “Mala Mujer” -el boliche de moda en la ciudad-, que ni siquiera cuenta con sanitarios para caballeros, quienes deben usar para sus necesidades baños químicos que una media sombra cubre para que no se vean al pasar por la calle Rivadavia.
Las fiestas tampoco dejaron bien parado a Ronconi, cuya esposa fue vista dentro de un puesto de venta de pirotecnia, en la codiciada esquina de Spadaccini y Rivadavia, frente a la terminal.
Por estos días, el director general no ha logrado recomponer su imagen. Lejos de eso, durante todo este viernes se paseó por las calles céntricas de Belén de Escobar una camioneta con altoparlantes haciendo publicidad de una financiera de la Tapia de Cruz. Como es de dominio público, este tipo de propalaciones están terminantemente prohibidas, excepto para anuncios de interés público.
Cinco botones de muestra de un funcionario de carrera que, a este paso, se acerca peligrosamente a un oscuro “top ten”.