Un grupo de estudiantes que festejaba su graduación el martes había lanzado una lluvia de tomates y huevos contra las paredes del colegio de curas. Al día siguiente fueron a limpiar el enchastre, se disculparon y llevaron donaciones.
Es una historia que comenzó mal, terminó bien y de la que se habló mucho esta semana. El Día de Escobar publicó el miércoles en sus redes sociales que un grupo de estudiantes de sexto año del colegio Dante Alighieri había lanzado una gran cantidad de huevos y tomates contra la fachada del Instituto San Vicente de Paul para festejar su graduación, algo que causó una lógica indignación en esa comunidad educativa.
Una madre que se contactó con este medio comentó que muchos de esos proyectiles entraron por los ventanales en la sala de primer grado, donde los chicos se asustaron e incluso lloraron porque no entendían qué estaba pasando. También se supo que una situación idéntica ocurrió en el colegio San Luis, por donde el mismo grupo de adolescentes pasó a realizar su “ritual de graduación”.
La publicación tuvo una repercusión enorme y recibió cientos de comentarios. A través de algunos de ellos se supo que ese mismo día, a instancias de las autoridades de la Dante, los estudiantes que protagonizaron el incidente fueron al San Vicente para disculparse y colaborar con la limpieza de lo que habían ensuciado. Además, llevaron alimentos no perecederos para colaborar con la colecta solidaria que lleva adelante la institución. Un buen final, que quizás les haya dejado una última enseñanza antes de terminar el ciclo lectivo.
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