Los saqueos contra hipermercados y mayoristas ocurridos durante las últimas horas en Bariloche, Campana y San Fernando, entre otras localidades, dieron rienda suelta a un verdadero estado de psicosis en el partido de Escobar. Si bien circularon intensamente rumores de toda clase, hasta el momento no se registró ningún hecho de este tipo y la policía extremó recaudos con una fuerte presencia en los centros comerciales.
Las primeras versiones empezaron a circular al mediodía. Se hablaba de saqueos en las sucursales de los hipermercados Coto, Jumbo y Carrefour, así como también en algunos comercios de capitales chinos. Pero nada de eso fue cierto. Sí, en cambio, algunos de estos establecimientos decidieron bajar las persianas o colocar sus rejas preventivamente, pero siguieron trabajando con normalidad.
Lo mismo pasó con algunas sucursales bancarias, que ante la ola de versiones optaron por atender a sus clientes a puertas cerradas. Por su parte, la mayoría de los comercios minoristas decidieron cerrar para no correr riesgos.
A tal punto llegó la paranoia que se habló de una persona muerta en el paseo de compras de la calle Rivadavia al 500, en la zona de la terminal de Belén de Escobar. Un mero disparate. En realidad, se trató de “un mechero (ladrón que roba a la pasada algo de poco valor) que fue detenido por la policía, después de una corrida”, según explicó el dueño de la feria, el concejal Daniel Tossio, quien debió retirarse del Concejo Deliberante en medio de una sesión ante la incesante sucesión de rumores.
Lo más parecido a un intento de saqueo que se registró en todo el distrito, al menos hasta la hora 16, fue en un supermercado de Garín ubicado sobre la calle Fructuoso Díaz, entre Olivera Cesar y Vicente López, muy cerca de donde se está construyendo el hospital del Bicentenario. Unas 40 personas de un asentamiento cercano se agolparon frente a las puertas del negocio exigiendo la entrega de mercadería. Ante la presencia policial, el dueño del comercio, de nacionalidad china, accedió a darles bolsas de alimentos a cambio de que se retiraran.
En las primeras horas de la tarde, el panorama en las calles era inusualmente desolador para esta altura del año. Poco tránsito peatonal, una fuerte presencia policial, casi todos los comercios cerrados y, entre los vecinos, un solo tema de conversación: los saqueos, donde todos repetían lo que habían escuchado pero nadie había visto porque no pasó.