Un camionero de 54 años fue imputado en las últimas horas de haber atropellado a un joven motociclista que perdió la vida tras ser embestido por otros vehículos, en un espantoso accidente ocurrido hace un mes sobre la autopista Panamericana, a la altura de la localidad de Loma Verde.
Era temprano en la mañana del jueves 25 de abril cuando Santiago Nahuel Milivininti, de 20 años, circulaba por la mano a Capital Federal a bordo de su moto a Gilera Smash 110. Minutos antes de las 7 había salido de su domicilio, en la localidad de Otamendi, perteneciente al partido de Campana.
Poco antes de llegar al puente de Loma Verde, el joven cayó a la cinta asfáltica y fue arrollado por varios vehículos, a punto tal que su cuerpo quedó mutilado sobre la autovía. En ese momento no se sabía qué lo había hecho perder el control de la moto.
Las primeras versiones, sin embargo, indicaban que Milivininti habría sido chocado por un auto, lo que le hizo perder la estabilidad. Pero ningún vehículo se detuvo en el lugar.
Por el hecho se instruyó un sumario caratulado “homicidio culposo”, con intervención de la Unidad Funcional de Instrucción Nº5 de Escobar.
Con el paso del tiempo, la investigación arrojó luz sobre lo que había pasado esa trágica mañana. A partir de filmaciones de la cámaras de Autopistas del Sol se determinó que, en primera instancia, el motociclista había sido embestido por un camión. Ese contacto fue el que provocó su caída y dio lugar a la fatal secuencia posterior.
Mediante esas cámaras, más otras de barrios cerrados y de la Secretaría de Seguridad del Municipio, se estableció que se trataba de un camión Mercedes Benz con batea, perteneciente a una empresa de transporte con domicilio en Chacabuco. Ese día llevaba una carga aproximada de 30 toneladas de piedra.
Con toda la información recabada, personal de la Subcomisaría de Loma Verde allanó el sábado las instalaciones de la empresa. En el lugar, incautó el camión mencionado y notificó de la imputación al conductor, de 54 años, cuya identidad no fue proporcionada.
De esta manera, la familia de la víctima ya sabe que no se trató de una negligencia del joven y puede albergar la esperanza de que, al menos, se haga justicia.