Fue uno de los fundadores de la Asociación Centro Cultural Garín, reconocido comerciante y funcionario municipal durante la intendencia de Luis Patti. Su salud desmejoró a mediados de enero, luego de contagiarse de Covid-19.
A raíz de una serie de complicaciones derivadas del Covid-19, falleció este martes un conocido y querido vecino de Garín: Daniel Plácido Alvarez (86), quien tuvo una destacada trayectoria comercial y social en la localidad y también fue funcionario municipal.
“El Gallego”, como muchos le decían, nació en Acassuso y a los 3 años llegó a Garín, donde su padre trabajaba de guardabarreras. Era el mayor de tres hermanos.
En su juventud fue un futbolista promisorio. Se formó en las inferiores de Tigre y llegó a jugar en primera división. Su debut fue el domingo 20 de abril de 1958 contra Boca Juniors por la Copa Suecia, que se disputó mientras en ese país europeo se desarrollada la Copa del Mundo.
Su carrera futbolística quedó trunca, primero por razones familiares -el delicado estado de salud de su padre- y después por una lesión en la rodilla. Pero nunca se apagó su pasión por este popular deporte ni por el eterno equipo de sus amores: Estudiantes de La Plata.
Tuvo varios trabajos, en Ecoflet, en Ford y en Alba, hasta que decidió dedicar su vida a la gastronomía. A mediados de los ’70 abrió la pizzería La Farola, sobre la avenida Belgrano, frente a la plaza central. El comercio tuvo momentos de gran furor y se convirtió en un clásico de Garín. No hay vecino que no haya ido y que no guarde un grato recuerdo de esa experiencia.
Álvarez también era una persona con gran vocación social. Fue uno de los fundadores de la Asociación Centro Cultural Garín, a la que dedicó tiempo y esfuerzo. Y siempre estaba viendo qué podía hacer para que la localidad esté mejor.
Así llegó a la política, de la mano de Luis Patti, con quien se desempeñó como subsecretario de Obras y Servicios Públicos y en otros cargos durante el paso del ex subcomisario por la Intendencia de Escobar (1995-2003).
Después se retiró, se radicó en Loma Verde y empezó a despuntar otro de sus grandes gustos: viajar. Le encantaba recorrer la ruta 40 y decía que Lago Puelo, en la provincia de Chubut, era su lugar en el mundo.
Su salud se complicó a mediados de enero, cuando se contagió de Covid-19, a pesar de haberse aplicado las tres dosis. Estuvo internado en la Clínica Fátima, en la Unidad de Diagnóstico Precoz de Garín, el centro de rehabilitación del polo sanitario de Matheu y finalmente en el hospital municipal Néstor Kirchner, donde falleció este martes.
En ese interín sufrió una neumonía bilateral, estuvo dos veces entubado, en coma inducido y afectado por distintas bacterias, algunas producidas por su propio organismo. Peleó como un león hasta donde su corazón lo acompañó y dijo basta. El velorio se realizó en el Centro Cultural Garín y luego sus restos fueron cremados -conforma a su voluntad- en un cementerio privado de Pilar.
Tenía cuatro hijos: Horacio, Marcelo, Natalia y Diego. Y tres nietos: Rosario, Luz y Salvador. El orgullo que despertó en todos ellos lo sintetizó su hija: “Siempre sentí admiración por él, por su honestidad y la cultura del trabajo que tenía y que nos inculcó”, le dijo a El Día de Escobar.
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