A seis años de su asesinato, recordaron al profesor Carlos Fuentealba en Garín

En medio de una semana signada por el trágico temporal en Capital y La Plata, en la Secundaria Nº 11 recordaron al docente neuquino muerto por la represión policial.

Fuentealba daba Química, tenía 40 años y dos hijas.

Eclipsado por las trágicas consecuencias del temporal en Capital Federal y La Plata, el sexto aniversario de la muerte del docente Carlos Fuentealba pasó prácticamente inadvertido. Pero en la Escuela de Educación Secundaria Nº11 de Garín, que desde el año pasado lleva su nombre, no se olvidaron de él y este jueves 4 realizaron un emotivo acto en el que directivos, profesores y alumnos evocaron su vida, su lucha y su brutal asesinato a manos de la policía neuquina.

La proyección de un documental sobre lo ocurrido en aquella trágica manifestación docente y un enriquecedor debate sobre las causas y consecuencias de la misma, fueron los ejes principales de un acto cargado de significaciones y emotividad.

En relación a esas señas particulares del homenaje, la directora del establecimiento, Leticia Silva, expresó: “Ser docente te da satisfacciones que son impagables y que no te las da otro trabajo, los chicos hoy, después de ver el documental (de canal Encuentro) sobre Fuentealba terminaron llorando y generaron un debate que hasta yo misma no lo hubiese imaginado. Quiere decir que con este acto les dejamos algo”.

“Preferimos hacer estos actos informales antes que formales, porque de esta manera interactuamos mejor con los chicos y se les puede dejar una enseñanza que va más allá del contenido curricular y que, en definitiva, les permite conocer mejor la realidad social que vivimos y salir a enfrentarla con más herramientas”, afirmó la titular de la escuela secundaria garinense, inaugurada el 17 de abril de 2007, casualmente días después del asesinato del docente neuquino.

El sexto aniversario del fallecimiento del profesor de química Carlos Fuentealba llegó en una semana signada por el drama de las inundaciones, que, claro está, acaparó toda la atención de los medios de comunicación. Ante esta situación, la comunidad educativa de ES Nº11 no quiso dejar escapar ni por un segundo aquel dramático suceso y por ello organizó este acto en sus tres turnos.

La imposición del nombre de Carlos Fuentealba a la institución educativa del barrio La Loma -que funciona en el edificio de la Escuela Primaria Nº30- se decidió mediante una votación realizada en el año 2010 entre la comunidad educativa y los vecinos del barrio. El nombre del docente, convertido en mártir después de su feroz asesinato, fue elegido entre los de cinco personalidades destacadas de la historia argentina, entre ellas Eva Perón y René Favaloro.

La elección fue legalmente aprobada en 2011 por el Ministerio de Educación de la Nación y el año pasado se llevó a cabo la imposición oficial del nombre con un acto en el que estuvo presente Sandra Rodríguez, viuda de Fuentealba.

Sandra Rodríguez (centro) estuvo en el homenaje de la Escuela Secundaria Nº11 de Garín a su marido, el año pasado.

La marcha que terminó en tragedia

El 4 de abril de 2007 el sindicato docente ATEN -perteneciente a la CTERA- decidió realizar un corte en la ruta 22, a la altura de la localidad neuquina de Arroyito. Si bien Fuentealba no compartía esa decisión por considerarla peligrosa, se sumó a la moción popular. Ese mismo día el entonces gobernador de Neuquén, Jorge Sobisch, le había dado a la fuerza policial la orden de evitar cualquier tipo de corte en la vía pública.

Después de provocarse varios enfrentamientos entre la policía y los manifestantes, los dirigentes tomaron la decisión de desalojar el lugar para amenizar la situación, ya que la represión policial se estaba tornando cada vez más brutal.

Cuando se estaban retirando de la ruta, Fuentealba, que circulaba en la parte trasera de un Fiat 147, recibió un impacto en la nuca producto de un disparo de gas lacrimógeno que atravesó el vidrio y le hundió el cráneo, acabando finalmente con su vida la noche posterior. El policía homicida fue el cabo primero José Darío Poblete, que en julio de 2008 fue condenado a la pena de reclusión perpetua por “homicidio calificado”.

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