El intendente recibió en su despacho al jefe del bloque de Cambiemos en la Cámara Alta provincial, con quien venía manteniendo un fuerte enfrentamiento. Un gesto político para dejar atrás las diferencias y buscar acuerdos.
Dicen que en la política no hay amigos ni enemigos permanentes. Probablemente el intendente Ariel Sujarchuk y el senador provincial Roberto Costa coincidan con este enunciado tras la reunión que mantuvieron este lunes en el Palacio Municipal, dejando atrás un largo y tenso enfrentamiento.
El sorpresivo encuentro fue difundido por el propio jefe comunal, a través de su página de Facebook. Allí, explicó que la reunión fue “para avanzar en diversos puntos importantes, como la incorporación a la agenda legislativa de temas de interés general del partido de Escobar, estrategias para mejorar el acceso al servicio de Justicia y elaborar en conjunto políticas de Estado en beneficio de los vecinos y vecinas de nuestro distrito, sin anteponer cuestiones partidarias ni colores políticos”.
“Somos una gestión que gobierna con todos y para todos con el horizonte siempre puesto en transformar y mejorar la calidad de vida de nuestra gente”, completó el jefe comunal en su edulcorado mensaje.
La breve comunicación oficial no hizo alusiones a los pésimos antecedentes entre los protagonistas. Sobra de ejemplo la denuncia que el legislador le hizo por supuesta malversación de fondos públicos durante la campaña electoral de 2015 y con la que insistió el año pasado al apelar el fallo de primera instancia que sobreseyó al jefe comunal.
Sujarchuk, por su parte, lo acusó de “pertenecer a lo peor de la política”, en declaraciones que formuló en septiembre de 2016, justamente cuando aquella denuncia fue reflotada por el noticiero Telenoche. Unos meses antes, en junio, lo había acusado de “actuar con mezquindad” y “entorpecer, generar trabas en vez de soluciones y tirar tierra por la espalda” para “obstaculizar” la relación entre Escobar y la Provincia.
Pero aquel fuego cruzado, así como sus réplicas previas y posteriores a las elecciones legislativas del año pasado, parece haber quedado atrás. El contexto es otro y quizás los cambios en el escenario hagan hoy que los mismos actores modifiquen sus libretos, como en la nueva temporada de una serie donde los que antes se tiraban con todo ahora dialogan cordialmente.
Debilitado en el Concejo Deliberante, donde sumando aliados solo cuenta con 11 de las 24 bancas, a Sujarchuk no le vendría nada mal encontrar en Costa a un nuevo socio legislativo que le garantice gobernabilidad. Esa que antes consiguió con el acompañamiento de los concejales que responden al ex intendente Sandro Guzmán, hasta que en diciembre el acuerdo se cayó -¿definitivamente?- con la imposición de Gabriela Garrone en la presidencia del Concejo.
Además, la reunión entre Sujarchuk y Costa se da en un momento donde el intendente no evita dar señales políticas cuanto menos ambiguas, como su adhesión al decreto del presidente Mauricio Macri para restringir la designación de familiares en actos públicos, las fotos que se sacó junto a la vicepresidenta Gabriela Michetti en la Embajada de Japón y su presencia en el casamiento del subsecretario de Gobierno y Asuntos Municipales de la provincia, Alex Campbell, entre otros episodios, al mismo tiempo que no deja de mostrarse como uno de los dirigentes que encabezan la renovación del PJ en la provincia.
Por el lado de Cambiemos, está claro que la orden “de arriba” es no gastar más energías en atacar a Sujarchuk. Entre otros motivos, porque las encuestas le dan una imagen positiva muy alta y llevarle la contra en todo ya no es negocio, si es que alguna vez lo fue. Se nota el cambio de tono del concejal Leandro Costa al criticar al jefe comunal -cada vez lo hace menos y más moderado- y la reunión que hoy mantuvo su padre con el intendente ratifica que la estrategia es otra: del enfrentamiento al entendimiento, a veces, hay un solo paso.