Hace rato que el crédito de Bruno Barrionuevo se había agotado. Sus declaraciones en abril, quejándose de la falta de recursos, no hicieron más que sentenciar su destino, en fecha a definir. Es que el funcionario, oriundo del pattismo, ya estaba fuera de contexto en el Municipio desde que el intendente Sandro Guzmán se abrió del Paufe. Y más aún a partir de que la Dirección de Cultura quedara bajo la órbita de la Secretaría de Gobierno conducida por Hugo Cantero, con quien las antipatías son recíprocas.
En este escenario, la partida del maschwitzense Barrionuevo no despertó ninguna sorpresa. De hecho, si algo llamó la atención es que esta ruptura se produzca recién ahora.
Aunque no existió ninguna confirmación de esto, fuentes consultadas por El Día de Escobar indicaron que Barrionuevo debió firmar su renuncia el último día de agosto, aparentemente sin explicación mediante, a pedido de sus superiores. El área, en este ínterin, se encuentra supervisada por la Subsecretaría de Gobierno, a cargo de la abogada Viviana Gaytán.
Desde la Comuna no sólo no se informó oficialmente esta situación sino que tampoco fue posible acceder a ninguna explicación sobre sus circunstancias ni mucho menos a un adelanto de quién será designado en el lugar que Barrionuevo dejó vacante al partir.
Según parece, así como no hubo apuro en ponerle fin a la gestión anterior tampoco lo hay en dar origen a una nueva. Eso sí, por lo menos Barrionuevo ya no servirá como excusa para justificar la abulia de la Dirección de Cultura. Con alguien afín, el gobierno tendrá todo por hacer.