Sangre, celulares robados y autos violentados son escenas cada vez más cotidianas en una escuela que tiene muy buenas instalaciones y a la que le costó mucho tener un turno nocturno para los muchos adolescentes trabajadores. Se trata de la Secundaria Nº8 (ex 16), ubicada en el barrio Villa Angélica de Garín.
Su director, José Guido, recorrió sin éxito desde la comisaría de la localidad hasta la Secretaría de Gobierno del Municipio, pasando por la Jefatura Distrital de la Policía de Escobar y la Central de Monitoreo. “Estoy llamando a la reflexión, ¿qué estamos esperando? ¿A que pase algo terrible?”, plantea con serenidad y firmeza.
La semana empezó complicada en la institución, donde el destrozo de autos ya es algo corriente. Esta vez, entre el lunes y miércoles se sucedieron una serie de robos. “Primero, en la puerta de la escuela le quisieron robar la campera a un pibe. Se resistió y le rompieron la boca de una piña. Después le robaron todo a una docente de literatura y a su marido que la fue a buscar. Por último, a los pibes cada dos por tres les afanan el celular en el camino”.
El Municipio y la Policía hacen oídos sordos al pedido de esta comunidad educativa de Garín. Ante este panorama, el director tomó las riendas de una realidad complicada y decidió suspender las clases de este jueves 20 como medida de precaución y presión. “Me falta el Intendente y espero que me reciba. Acá estamos haciendo todo para evitar lo peor”, afirmó mientras cerraba la escuela y se iba a hablar con sindicatos y autoridades, esperanzado en encontrar ayuda.
Por Marcos B. Federman
Fotografía: Ricardo Pedersen