“Hoy les quiero hablar de un tema que personalmente me apasiona: la narrativa”, expone Guillermo Coppola (Juan Minujín) ante un auditorio de médicos que lo escuchan y siguen atentos sus apuntes en un proyector. La escena dura tres minutos y corresponde al inicio del cuarto capítulo de la serie que se estrenó el pasado viernes en la plataforma Star+. La particularidad que la distingue es que se filmó en Ingeniero Maschwitz.
A lo largo de seis episodios de 45 minutos cada uno, Coppola, el representante cuenta aquellos esplendorosos y excitantes años de Diego Maradona en el Napoli, pasando por los más tormentosos años noventa. Su arco dramático se extiende hasta la emocionante despedida en la Bombonera y la famosa frase “La pelota no se mancha”.
La serie narra ese período de gloria, caos, doping, noches, fiestas, excesos y otras yerbas asumiendo la perspectiva de Coppola. Hace foco en la intimidad y en la mente del hombre que acompañó cada paso de Maradona por esos años, como testigo privilegiado o como coprotagonista de sucesos inolvidables. Algunos, incluso, inverosímiles. La gran mayoría, desopilantes.
Coppola, el representante no es una serie sobre Maradona. De hecho, el astro del fútbol mundial no es recreado por un actor y solo aparece muy esporádicamente en material de archivo. Es más: ni siquiera es una obra sobre el vínculo entre Diego y Coppola, aunque la relación sobrevuela los episodios.
La ficción es una biografía sobre el amante del buen vivir y la noche, el representante del mejor jugador de todos los tiempos y el amigo de fierro que estuvo en las buenas y en las malas. Pero no deteniéndose en sus luminarias, sino también abordando al hombre detrás del “Guillote” conocido por el gran público.
En clave de comedia, la serie tiene como protagonista exclusivo a Coppola, mostrándolo en su versión más conocida pero también ahondando en aspectos mucho más personales. Así, a lo largo de la ficción se puede ver al hombre seductor por naturaleza, entrador y locuaz, extrovertido y con un poder de persuasión impresionante, amante de la amistad y la buena vida, siempre con una sonrisa a mano y una excusa para brindar.
Pero también la serie deja entrever la otra faceta de Coppola, la menos popular, aquella que lo muestra como alguien que solo se interesa por satisfacer su propio placer, con la soberbia del poderoso, su costado embustero a la hora de hacer negocios, no exento de egoísmo y de un muy escaso apego a la caballerosidad y el respeto por sus parejas cuando se trata de mujeres.
La realización de Pampa films y Gloriamundi está dirigida por Ariel Winograd (Cara de queso, Mamá se fue de viaje, Sin hijos, El robo del siglo), que también hizo las veces de showrunner. El texto lo escribieron Mariano Cohn, Gastón Duprat y Emanuel Diez.
Desde su lanzamiento en Star+, el viernes pasado, la serie se convirtió en uno de los contenidos más vistos de la plataforma y más comentados en el país.
Rodaje en Maschwitz
El cuarto capítulo se llama “El Jarrón” y empieza con la ponencia de Cóppola mencionada al inicio de este artículo. El representante del astro del fútbol mundial intenta persuadir a los médicos para que eviten filtrar a los medios información delicada sobre su estado de salud. Al final, como retribución por las molestias, los envuelve en obsequios enviados por el Diez.
La placa que antecede a la aparición del protagonista sitúa la escena en el año 1996 y en la ciudad española de Madrid. Pero la filmación se hizo en 2022 en una locación de Ingeniero Maschwitz que quienes conocen identificaron con facilidad.
Se trata del auditorio del complejo Espacio Mendoza, ex Irenaika, cuyas características arquitectónicas lo hacen inconfundible. Es lo único que se muestra del imponente predio de 14 hectáreas ubicado en la intersección de las calles Mendoza y Sucre.
Irenaika Ville se inauguró en 2002 por iniciativa del presbítero Fidel Horacio Moreno, para llevar a cabo la misión espiritual que él proponía, centrada en un abordaje integral del hombre. Desde hace unos años, el lugar cambió por completo, incluso de nombre, y funciona como salón de eventos.
Otro lugar que probablemente muchos espectadores escobarenses hayan reconocido es el hotel donde se hospedan Maradona y las grandes celebridades invitadas para su partido despedida. Aunque simula ser un alojamiento cercano a la Capital Federal, se trata del Sofitel de Los Cardales, en el que suceden situaciones disparatadas y fuera de control, como a lo largo de toda la serie.
🎬 Una escena de la serie de Guillermo Coppola se filmó en Ingeniero Maschwitz
— El Día de Escobar (@eldiadeescobar) March 23, 2024
En uno de sus seis capítulos, la biopic sobre el mítico representante de Diego Maradona utilizó un conocido inmueble de la localidad. https://t.co/LAyhGQnJkT pic.twitter.com/sWRouFyJ6i
Escobar de película
Ya sea para filmar videoclips, series o películas -tramos o completas-, distintas productoras audiovisuales eligen cada vez más seguido al partido de Escobar. Incluso, en el marco de la campaña promocional de sus cien años, recientemente la marca de fiambres Paladini grabó escenas en la costanera del Paraná de las Palmas y en la plaza de la estación de Garín.
También Adrián Suar puso su mirada sobre la capital nacional de la flor. En su última película, Jaque Mate, el productor y actor protagoniza una fuga en el puerto de Escobar. La secuencia de la persecución muestra al “Chueco” subiendo a toda prisa un muelle, corriendo dentro del galpón vacío del Mercado del Paraná y escapando en un auto por la ruta 25.
El film se estrenó a mediados de enero y tuvo poca repercusión en los cines. De hecho, de las once películas en las que Suar estuvo involucrado, es la que menos entradas vendió, sin llegar siquiera a los cien mil tickets.
Desde marzo, la producción de Patagonik y Amazon Studios está disponible en la plataforma Prime Video.