Un joven de 30 años protagonizó el martes de la semana pasada un desesperante momento al amenazar con arrojarse sobre la autopista Panamericana desde el puente peatonal ubicado a la altura del kilómetro 47, en Belén de Escobar.
El crítico episodio no pasó a mayores y tuvo un desenlace tranquilizador, ya que el muchacho fue convencido por los socorristas y depuso su actitud.
La imagen del joven subido a la pasarela que está frente al country Aranjuez circuló por varios medios de comunicación y también en las redes sociales, donde muchos se mostraron empáticos con él y otros tantos juzgaron su actitud sin tener idea de la situación por la que estaba pasando.
Hasta ahí, era un hecho más como tantos otros que lamentablemente suceden cada vez más a menudo. Hasta que su protagonista decidió darse a conocer, disculparse por las molestias ocasionadas y explicar su estado de salud a través de una publicación en la red social Facebook.
“No me di cuenta de lo grave que estaba”
Su nombre es Mariano Petroff, tiene 30 años y es de Belén de Escobar. En su perfil consigna que como carpintero y estudia la licenciatura en Producción de Bioimágenes en la Universidad de Buenos Aires. A continuación, algunos de párrafos de la conmovedora carta de disculpas que publicó en un popular grupo de Facebook.
“Bueno…. No sé muy bien como comenzar este post. Quizás sea ofreciendo unas disculpas por haberles hecho perder 40 minutos de su vida el día martes 29/07 (NdR: en rigor, fue el 29/8) a las 12.20 hs, en el km 45.6 de Panamericana. Sí, era yo la persona que se quiso tirar del puente”.
“Es una cagada, lo sé, comerse 40 minutos de tráfico sea donde sea. Lo vivo a menudo cuando tengo que viajar a Capital en bondi y eso. Sinceramente no soy de llegar a semejantes extremos. Las personas que padecemos enfermedades psiquiátricas, en mi caso, tenemos ciertas banderas rojas que nos ponen en alerta cuando estamos al borde de una crisis sin tener ningún tipo de precedente (sin “detonantes”)”.
“Ese día estaba estudiando en mi casa cuando simplemente no pude recordar el nombre de una macromolécula, encargada de sintetizar la glucosa dentro de una célula. Sencillamente cerré la laptop, agarré mi mochila y decidí salir a caminar a despejarme un poco, y todo sucedió de manera muy confusa, mis pasos, el puente, el alambre clavándose en mis manos. Y luego todo el caos desatado”.
“Desde que me bajaron y entré a la ambulancia hasta despertar dos días después en la cama del hospital no recuerdo más nada”.
“No sé porque escribo y comparto esto… Soy muy consciente de mi condición neurodiversa, pero creo que es muy necesario aclarar y entender que uno no hace esto a propósito. También soy usuario de la autopista cuando viajo a Capital y también he sentido la misma frustración que sintieron ustedes”.
“No es un hobbie, yo me levanto todos los días a las 7 a trabajar, para luego volver a mi casa a estudiar, a intentar llevar una vida ‘normalizada’ dentro de lo que se pueda llevar en estas circunstancias que tanto nos afecta a todos los ciudadanos de este maravilloso país”.
“Pero se ve que ese martes colapsé, y fue un colapso tan silencioso que ni yo me di cuenta de lo grave que estaba. Ya había tenido colapsos peores, pero siempre tuve alarmas predecesoras”.
“He leído algunos comentarios de gente bastante enojada por la situación y la entiendo, como dije, a mí también me toca estar de ese lado. A esa gente les deseo que jamás les toque a ustedes o algún familiar suyo en esa situación. Ese día me toco a mí. Ojalá sea la última. Gracias por la paciencia y disculpas por las molestias causadas”, concluye el texto.
Dos días después de aquel suceso, el joven había usado su página de Facebook para explicarles a sus afectos y contactos lo que había pasado. Pero ahora quiso que todos lo sepan y pedir disculpas, probablemente buscando sentir alivio y comprensión después de un momento de tanta angustia.
Comprensión y expresiones de apoyo
La publicación del joven logró una amplia repercusión en el grupo de Facebook En Escobar se maneja como el orto, donde mucha gente le expresó su apoyo, valoró su valentía y remarcó la importancia de su testimonio para ser más comprensivos ante este tipo de situaciones.
“Soy vecino de Escobar y sí, causaste un gran quilombo, pero ahora me causaste una gran reflexión. Primero, hay que tener un gran coraje para expresar aquí, todo lo que sentís y sentiste en ese momento. Segundo: leyéndote, empezamos a comprender solo un poco ese gran misterio de la vida”, escribió Eduardo Etcheverry.
Por su parte, Daniel Mendoza expresó: “Ahora, con tu historia, tal vez más gente pueda pensar lo que le pasa al otro. Te deseo lo mejor”.
“Mucha gente perdió 40 minutos de sus vidas, pero vos tenés la oportunidad de vivir por mucho tiempo más. Eso es lo importante”, opinó Carlos Abel Chiesa.
Cintia Lorena Mantovani, en tanto, destacó que “las enfermedades psiquiátricas tienen que ser tratadas sin espera. Hablemos más de salud mental, luchemos por un Estado más presente y gente más empática”.
“Vivimos en una sociedad apurada, donde nadie mira al costado a ver si el de junto necesita algo. No te disculpes, demasiado debe estar pasando por esa cabeza…Ojalá nunca te vuelvas a encontrar en esta situación y si pasa que siempre haya alguien capacitado para darte las palabras justas y poder salir de la situación”, expresó Eli Baisch.
La mayoría de los comentarios fueron de aliento y comprensión para este joven escobarense, cuyo valioso relato hizo reflexionar a quienes lo leyeron y ponerse “del lado del otro” sin emitir juicios previos para entender una problemática muy compleja.
Prevención y asistencia al suicida
Frente a la sospecha de que alguien pueda tener pensamientos suicidas o ante las señales que indiquen que está en riesgo, los especialistas en salud mental consideran fundamental buscar ayudar en algún servicio especializado en la materia.
Además, para las personas en crisis existen líneas de atención telefónica que brindan orientación de forma anónima y gratuita.
El Centro de Atención al Suicida (CAS) atiende 18 horas diarias, de forma anónima, gratuita y voluntaria. La técnica que utiliza es la “escucha activa”, con intervenciones orientadas a que el consultante hable.
La línea 135 funciona llamando desde CABA o el Gran Buenos Aires. Desde el resto del país la asistencia telefónica gratuita a personas en crisis o con riesgo de suicidio se realiza al (011) 5275-1135 o al 0800-345-1435.
A su vez, en toda la provincia de Buenos Aires, ante un intento de suicidio, se puede llamar a la Subsecretaría de Salud Mental, consumos problemáticos y violencias en el ámbito de la salud: 0800-222-5462.
A nivel local, la atención y el tratamiento de estas situaciones se da en el Hospital Municipal de Salud Mental y Adicciones Papa Francisco, sito en la esquina de las calles Travi y Pellegrini, en Belén de Escobar. Su línea telefónica es (0348) 443-0544.