Zuculini convirtió su segundo gol en la victoria sobre Boca

zuculini-web Marcó el 2-0 parcial, en el triunfo que alejó a la Academia del fantasma de la Promoción. Además, el futbolista de Escobar se ganó la ovación de los hinchas y aseguró que se quiere quedar en el club.

Zuculini festeja tras superar la resistencia de Abbondanzieri.

Zuculini festeja tras superar la resistencia de Abbondanzieri.

Franco Zuculini está viviendo un año espectacular, cuyos picos más elevados fueron su reciente debut en la Selección Argentina y su gol en la victoria del domingo sobre Boca, que significó su segundo tanto en torneos oficiales y le hizo ganar la ovación de los hinchas.

El pibe de Escobar hace rato que es noticia y ya casi un protagonista frecuente de las secciones deportivas de los principales matutinos. Así, por ejemplo, escribió sobre su domingo de gloria el diario Olé:

“Zucu no se va, Zucu no se va”. El canto-ruego de la gente acompañó, paradójicamente, la salida de Franco Zuculini. Pero era un retiro voluntario y momentáneo: salía reemplazado a los 43 minutos del segundo tiempo. Guiño de

Caruso Lombardi para que el pibe, el mejor exponente del Racing actual (mezcla de fuego y juego), fuera justamente ovacionado.

Antes, este chico de 18 años (sí, 18) había hecho un partidazo, uno más, como para que los hinchas pidan a

gritos su continuidad en el club. Más allá de ofertas tentadoras de Alemania (el Hoffenheim ofreció cinco millones de euros limpios y la dirigencia pretende entre 6,5 y 7) que podrían solucionar el presupuesto de la próxima temporada, el hincha de la Academia no quiere desprenderse de la mejor joya de Inferiores, ésa que muestra con orgullo. Lo aman y también lo idolatran a pesar de que se trata de un juvenil que no llega a los 50 partidos en Primera (tiene 48). “Lo de la

gente es increíble. Me emociona ver que los hinchas me quieren así”, aseguró.

“Quiero serle útil a Racing en lo futbolístico. No me importa lo económico, ni para mí ni para el club. Me gustaría quedarme al menos un año más”, le contaba a Olé en la semana. Y vaya si lo fue. Esta vez el técnico no lo ubicó por la derecha, sino que lo metió en la trinchera del doble cinco, como más le gusta a Zucu. Y desde ahí mostró cómo se quita y se distribuye casi en dosis similares.

Y el gol, una delicia. Entrando como 9 después de una jugada de Castromán, le puso pausa a su ritmo hiperquinético de siempre. Y lo hizo en el área, como mandan los goleadores. Acomodó el cuerpo y acarició la pelota para dejar sin

nada al Pato Abbondanzieri.

Atrás quedó un comienzo de año nefasto, con el fracaso en el Sudamericano Sub 20 y el desgarro que trajo desde Venezuela que lo marginó en las primeras fechas del torneo. Una vez recuperado, Zuculini despejó sus propios temores de

conseguir un lugar. Y volvió a ser. Ya con otro técnico (Caruso por Llop), el riojano se volvió a adueñar rápidamente de la titularidad y no se fue más. Así como quiere la gente…

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