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Techos que volaron, árboles arrancados de raíz y miles de vecinos sin energía eléctrica fueron el saldo del violento temporal del viernes. Para colmo, esta madrugada volvió a llover y otra vez cayeron piedras.
Cronometrado como si todo estuviese orquestado por una fuerza divina proveniente del más allá, instantes después de que Argentina sellara su clasificación a la semifinal del Mundial de Qatar se largó una descomunal tormenta en el partido de Escobar y gran parte de la región noreste. En pocos minutos, la lluvia, las fuertes ráfagas de viento y el granizo dejaron atrás el agobiante calor del viernes y causaron destrozos en todas partes.
De un momento a otro, pasadas las 18.30 los nubarrones grises coparon el cielo y se desató una copiosa lluvia acompañada de un potente vendaval, que aguaron el festejo por el triunfo de la albiceleste ante Países Bajos y obligaron a quienes celebraban en las calles a buscar resguardo con urgencia.
Luego de varios días de un calor sofocante, con el termómetro rozando los 40 grados, la tormenta llegó para apaciguar levemente las altas temperaturas. Sin embargo, el remedio terminó siendo peor que la enfermedad: el temporal tiró árboles por doquier, voló techos, destrozó autos y dejó a miles de vecinos sin suministro eléctrico.
Uno de los lugares donde más se padeció el temporal es en el barrio parque El Cazador, donde varias calles quedaron cortadas por la caída de árboles o por la gran cantidad de agua que cayó en poco tiempo. Escenas similares se repitieron en la localidad de Loma Verde, donde la caída de árboles y ramas fue una constante y causó serios daños en el tendido eléctrico.
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En el country El Cantón un techo se voló y fue arrastrado por el viento, tal como lo muestra un video filmado por una aterrorizada vecina. El vendaval también arrasó con el techo del galpón que resguarda a los colectivos de la línea 194, en Belén de Escobar.
Ese mismo panorama se repitió en Garín, Matheu, Maschwitz y la zona de la isla, donde varios árboles cedieron, provocaron destrozos sobre las construcciones y cortes de luz.
Personal del Municipio y Defensa Civil trabajaron arduamente en diferentes puntos del distrito para normalizar la situación. Con motosierra en mano tuvieron que podar ramas, descolgarlas de los cables y sacarlas de los caminos bloqueados, entre otras tareas.
Techo arrancado. La destrucción del galpón de la línea 194, sobre la calle Serantes de Alvarez.
Por su parte, varias cuadrillas de Edenor también tuvieron que salir a trabajar para que se reestablezca el servicio eléctrico. Con el temporal, cientos de familias estuvieron sin luz más de 24 horas y tuvieron que recurrir a las velas.
Actualmente, según se consigna en el sitio web de la empresa concesionaria del servicio, aún hay falta de suministro en las islas, Matheu y algunos sectores de Belén de Escobar.
Los que más trabajo tuvieron durante el fin de semana extralargo fueron los bomberos, quienes no tuvieron ni un minuto de tregua. Antes de que llegara la lluvia, tuvieron que ir a apagar múltiples incendios de pastizales producidos por el calor extremo.
Ramas caídas. La costanera del Paraná fue uno de los lugares más afectados por el temporal.
Después, con el temporal encima, asistieron para sacar ramas y árboles caídos. Sin ir más lejos, solo en Matheu tuvieron que asistir a colaborar a 17 lugares.
Por si no fuera poco con la furiosa tormenta del viernes, el calor no amainó y volvió a hacerse presente especialmente el domingo, con marcas térmicas insoportables.
Hasta que en la medianoche del domingo volvió a caer granizo durante algunos minutos y más tarde, ya en la madrugada, hubo nuevas precipitaciones acompañadas por ráfagas de viento no tan fuertes.
Cambiante, loco y violento, así fue el comportamiento del tiempo durante el último fin de semana extralargo del año.
Por Alejo Porjolovsky
