El comisario inspector Rubén Marcell llevaba cuatro días prófugo luego de que su mujer lo denunciara por golpes y amenazas de muerte. Ahora también enfrenta imputaciones por encubrimiento agravado y tenencia ilegal de arma.
Hasta las manos. Así está el comisario inspector Rubén Edgardo Marcell (51), quien este miércoles se puso a disposición de la justicia luego de que su mujer lo denunciara por haberla atacado a golpes en la cabeza y amenazarla de muerte. Pero eso no es todo: el depuesto ex jefe de la Policía Distrital de Escobar también enfrenta imputaciones por encubrimiento agravado y tenencia ilegal de un arma de guerra.
Marcell estaba prófugo desde el fin de semana pasado, cuando su pareja denunció el ataque, y se presentó este miércoles mediodía junto a su abogado en la sede de la Unidad Funcional de Instrucción especializada en Violencia de Género de Tigre, a cargo del fiscal Diego Callegari.
Fue el mismo fiscal que ordenó allanar la vivienda que habitaba la pareja, en la localidad de Rincón de Milberg, donde se halló un arma de guerra sin registrar y una moto robada con patente falsa, según informaron fuentes judiciales y de la fuerza, lo que complicó todavía más la situación procesal del funcionario policial.
Ante la gravedad de los hechos, la Auditoría General de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires dispuso desafectar provisoriamente de la fuerza a Marcell (ver nota acá), quien ahora quedó detenido.
Además de la acusación por violencia de género, el ex jefe policial de Escobar enfrenta ahora una imputación por «tenencia ilegal de arma de guerra», ya que se secuestró en su casa un revólver calibre 38 que no estaba registrado, y otra por «encubrimiento triplemente agravado» por tener una moto robada con patente adulterada, informó la agencia de noticias Télam.
El principio del fin
Marcell, quien desde 2018 era el máximo jefe de la Estación Departamental de Escobar, que tiene el control de todas las comisarías del distrito, de la Unidad de Policía de Prevención Local, de la Policía Rural y de la Comisaría de la Mujer, fue denunciado por su pareja el sábado último.
Cerca de las 9 de la mañana de ese día, una vecina llamó al 911 para alertar a la Policía sobre gritos de una mujer víctima de violencia procedentes de la vivienda lindera.
Cuando los efectivos llegaron al lugar fueron atendidos por la mujer del comisario, quien les dijo que se había tratado solo de una discusión y no quiso hacer la denuncia.
Pero ese mismo día, cerca de las 14.30, decidió finalmente presentar una denuncia contra Marcell y durante una videoconferencia que realizó con el fiscal Callegari se mostró «muy afectada y desesperada», según trascendió.
«Me amenazó con el arma de fuego reglamentaria y en casa tiene dos armas», le dijo la víctima al fiscal.
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Fuentes policiales detallaron que la mujer relató que su esposo rompió a patadas la puerta de un quincho en el que intentó refugiarse al ser agredida.
«Te voy a matar. Vos no me vas a denunciar ni a arruinar la carrera», fue una de las amenazas que le hizo mientras la apuntaba con un arma, de acuerdo al relato que la mujer hizo en la denuncia.
Tras la exposición de la víctima y la certificación de las lesiones sufridas, Callegari acudió a la vivienda, de donde Marcell se había ido el mismo sábado tras el hecho, y se entrevistó con la víctima, quien le entregó un revólver calibre 38 y una escopeta.
A su vez, la mujer le dijo que la moto BMW que el comisario solía usar tenía algún problema legal, lo que más tarde se comprobó al determinarse que se trata de un rodado robado en 2019 que llevaba una patente adulterada.
Cuatro días prófugo
Al día siguiente, Callegari y su colega Mariela Miozzo requirieron la detención de Marcell, mientras que la defensa del comisario presentó un pedido de eximición de prisión, que fue rechazado por el juez de Garantías Nº2 de San Isidro, Orlando Díaz, quien ordenó el arresto.
Cuando las fuerzas policiales fueron a buscarlo confirmaron que el comisario estaba prófugo y determinaron que la última vez que había sido visto fue el sábado, cuando se fue de su casa y luego pasó cinco minutos por la Estación de Policía de Escobar, donde dejó su arma reglamentaria, secuestrada por orden del fiscal.
Por su parte, la mujer de Marcell se encuentra bajo custodia de la Prefectura Naval, mientras que el comisario, tras cuatro días de ser buscado por las cuatro fuerzas federales de seguridad y la propia Policía Bonaerense, se entregó y quedó detenido.
En las próximas horas el acusado será indagado por los delitos de «lesiones leves doblemente agravadas por el vínculo y violencia de género, amenazas coactivas agravadas, tenencia ilegal de arma de guerra y encubrimiento triplemente agravado por ser un hecho grave, cometido por un funcionario público y con ánimo de lucro», en el caso de la moto hallada en su poder.
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