El controvertido youtuber uruguayo organizó una fiesta privada para cien personas en el barrio San Marco. Al término del evento, el Municipio clausuró la propiedad que alquila, le labró una contravención y le inició acciones legales.
Adicto a las controversias, el popular youtuber uruguayo Yao Cabrera (23) generó este fin de semana otro hecho que lo puso en el centro de la polémica al organizar una fiesta privada para cien personas en un barrio privado de Ingeniero Maschwitz. Pero esta vez no se la llevó de arriba: al terminar el evento, inspectores municipales le labraron una contravención y la Comuna anunció que lo denunciará penalmente.
La fiesta organizada por Cabrera en su «Mansión WiFi» se desarrolló con normalidad, a pesar de estar vigente el aislamiento social preventivo y obligatorio por la pandemia de coronavirus, que desde el 20 de marzo prohíbe de manera expresa y taxativa este tipo de encuentros.
Acostumbrado a desafiar las reglas sin importar las consecuencias, Cabrera organizó esta fiesta privada el sábado a la noche y la convocatoria tuvo el alcance esperado. Lo sorprendente es que las autoridades del barrio náutico San Marco no se lo hayan impedido, a pesar de que estuviera transgrediendo a todas luces las normas de convivencia del country, además de las disposiciones para evitar la propagación del virus.
En el amanecer del domingo, cuando la fiesta ya había terminado, agentes de la Dirección de Inspección General del Municipio y personal policial se hicieron presentes en el domicilio de Cabrera, a quien notificaron de una contravención por violar la normativa sanitaria vigente por la pandemia. Además, colocaron fajas de clausura en la entrada a la Mansión WiFi. Pero hubo más.
Las autoridades municipales informaron que denunciaron penalmente a los responsables del evento, «en articulación con las fuerzas policiales de la Comisaría de Ingeniero Maschwitz y la UFI Nº 5 de los juzgados descentralizados del partido de Escobar».
Además, consignaron que «se presentó otra denuncia, contra la comisión del barrio, ya que permitió el ingreso de casi 100 jóvenes y no alertó de las irregularidades».
Horas antes, los agentes municipales también clausuraron una fiesta clandestina en una casaquinta de la localidad de Loma Verde (ver nota acá). Dicen que había más de cincuenta personas.
«Por haber transgredido las normas establecidas en el marco del aislamiento social y preventivo, la Municipalidad de Escobar iniciará acciones legales contra los organizadores del evento y los responsables que cedieron los espacios para estas fiestas, que ponen en riesgo la salud de la comunidad», concluyó el comunicado oficial.
Una presencia insoportable
Yao Cabrera es uruguayo, vive en Argentina y tiene 23 años. En 2015 llegó a YouTube y rápidamente su carrera repuntó transformándose en una especie de “celebridad” de internet, con casi 7 millones de suscriptores en su canal.
Muchos lo conocen por su pelea con el cantante de trap Duki. De hecho, lejos de ser reconocido por el contenido de sus videos, es famoso por varias polémicas en las que estuvo envuelto y en las que supo cosechar odio, enemigos y varias denuncias.
En 2017 llegó a los noticieros por haber sido filmado junto a otros amigos abusando de una chica en un hotel, después salieron fotos de él besando a sus fans de 12 y 13 años durante sus Meet & Greet y luego fue denunciado por corrupción de menores por hacerle preguntas de índole sexual a estudiantes a las salidas de los colegios para sus videos de YouTube.
Su historia no se termina ahí: fingió su secuestro, que lo apuñalaban, que lo golpeaban en la calle y tiene varias acusaciones por coacción y estafas reiteradas a chicas menores de edad. Hace poco, Instagram le dio de baja su cuenta, en la que tenía millones de seguidores.
En el comienzo de la cuarentena Cabrera se mudó a San Marco, un coqueto barrio privado de Ingeniero Maschwitz. Cuenta con 357 lotes, de los cuales el 85% se ubica sobre el agua. Su diseño se distingue por una gran laguna con islas y su salida directa al río, lo que permite que los lotes tengan amarras privadas.
Desde su llegada, el cuestionado influencer alteró la tranquilidad y el ambiente familiar característico del lugar. A fuerza de escándalos y provocaciones, se ganó la antipatía de todos los vecinos. Incluso, muchos reclaman que sea echado y llevaron el caso a la Justicia (ver nota acá).
Cabrera ocupa dos casas, junto con un gran grupo de amigos, y los vecinos están cansados de los constantes actos de indisciplina de la banda digital.
“Por diversas cuestiones, este chico ya fue denunciado por muchos vecinos y nuestra indignación es que no podemos hacer nada para que finalmente él y sus amigos vayan a realizar su trabajo a otro lugar”, expresó una vecina de ese barrio a El Día de Escobar.
“Tenemos entendido que, además de las denuncias realizadas en la fiscalía de Escobar, ya tiene denuncias penales que están en el juzgado federal de San Isidro, a cargo de la doctora Arroyo Salgado. No entendemos cómo con tantas denuncias todavía las autoridades no han tomado cartas en el asunto”, concluyó la mujer, que junto a otros vecinos inició una serie de acciones para ponerle punto final a la pesadilla del youtuber y su pandilla.