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La furiosa ráfaga de lluvia y viento que azotó a la zona norte del conurbano bonaerense hizo estragos en las cinco localidades del distrito. Si bien no hubo que lamentar víctimas fatales, hay familias que lo perdieron todo.
Árboles, postes de luz y hasta techos de casas caídos fue el saldo que dejó la furiosa tormenta de viento y lluvia que este martes a la tarde azotó a todo el territorio de Escobar y a otros distritos vecinos.
Si bien el Servicio Meteorológico Nacional había pronosticado desde muy temprano la posibilidad de una fuerte tempestad, los habitantes de las cinco localidades del partido se vieron sorprendidos por la repentina y violenta ventisca que junto a la intensa caída de agua -se estima que cayeron casi 80 milímetros- comenzó a golpear cerca de las 19 y se extendió por no más de media hora.
A pesar de su corta duración, la tormenta fue tan intensa que tras su paso dejó un tendal de árboles y postes de luz caídos sobre las calles e, incluso, automóviles estacionados, muchos de los cuales todavía no fueron removidos. Además, las fuertes ráfagas de viento, que superaron los 90 kilómetros por hora, derribaron los techos de algunas casas muy precarias del distrito, agravando aún más el panorama.
Por caso, la familia Reynoso del barrio Nuevo Amancay, en Maquinista Savio, tuvo que salir corriendo de su casilla mientras observaba cómo las chapas de su humilde cubierta se derrumbaban sobre las paredes de madera que con tanto esfuerzo habían levantado. Perdieron hasta los pañales de sus hijos y ahora están esperando recibir algún tipo de ayuda vecinal y, sobre todo, gubernamental.
Las cinematográficas imágenes se reprodujeron en las cinco localidades. En la entrada a Belén de Escobar por la avenida 25 de mayo, la marquesina del colorido pórtico del Club de Leones, que fuera restituido en noviembre pasado, se cayó sobre la vereda.
Y en Garín, los arboles de la plaza de la estación se llevaron la peor parte y fueron arrancados casi de cuajo, como el enorme cartel del Supermercado DIA% de la calle Fructuoso Díaz al 300 que todavía se encuentra tirado sobre la vereda.
Más allá del sombrío panorama que dejó la violenta tormenta, afortunadamente no hubo que lamentar víctimas fatales en Escobar. Distinto es lo que ocurrió en el vecino partido de Pilar, donde una joven de 28 años y sus dos pequeñas hijas de tres años y nueve meses murieron tras ser aplastadas por un árbol.
