Un puñado de vecinos cortó el tránsito sobre la ruta 25, bajo el puente de Panamericana. Fue para exigir la relocalización del proyecto. Días atrás la Universidad de La Plata consideró “apto” el predio elegido frente al cementerio.
Con una convocatoria muy escasa, vecinos del barrio Donatelli y alrededores se manifestaron este martes a la tarde en la entrada de Belén de Escobar para repudiar la construcción de la alcaidía frente al cementerio municipal y exigir, una vez más, la relocalización del proyecto.
Los manifestantes empezaron a llegar a las 16 y recién pasadas las 17.30 decidieron realizar un piquete total sobre la ruta provincial 25, a la altura del puente de la autopista Panamericana. Los bocinazos no tardaron en hacerse escuchar, pero no tanto en adhesión al reclamo sino en rechazo a la metodología elegida para llevar a cabo la protesta.
El Día de Escobar transmitió en vivo la manifestación desde su página de Facebook, donde la mayoría de los comentarios cuestionaron que los organizadores hayan decidido hacer la protesta en una hora pico de tránsito y en una zona tan neurálgica. Incluso muchos vecinos que respaldaron el reclamo plantearon esta objeción.
La manifestación fue convocada a través de Facebook y WhatsApp la semana pasada, luego de que se conozca que el estudio de impacto social y ambiental, realizado por la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata, consideró “apto” el predio ubicado frente al cementerio municipal de la ciudad para llevar a cabo la construcción de la alcaidía.
La casa de altos estudios advirtió, no obstante, que se deberán tener en cuenta una serie de medidas para mitigar posibles impactos negativos en diversos aspectos. De todos modos, los profesionales que participaron del informe concluyeron que el lugar elegido por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia reúne las condiciones generales necesarias para emplazar un establecimiento penitenciario con capacidad para 300 internos.
Con este aval y la decisión política del gobierno provincial de avanzar con un amplio plan de infraestructura penitenciaria -cinco nuevas cárceles y diez alcaidías-, el caso ya parece no tener marcha atrás. La poca convocatoria a las últimas protestas, y especialmente a la de este martes, tampoco hace imaginar un desenlace distinto.