El fiscal Martín Zocca ya imputó a un agente por “vejaciones” y ordenó el secuestro de 11 escopetas antidisturbios. La Auditoría General de Asuntos Internos también está analizando el caso, que tuvo un fuerte impacto nacional.
El caso de violencia policial ocurrido este domingo en Loma Verde, donde once adolescentes fueron heridos con balas de goma, tuvo fuertes repercusiones a nivel nacional y son veinticinco los efectivos que están siendo investigados por su desempeño durante el controvertido operativo.
A partir de la publicación realizada el martes por El Día de Escobar, los principales medios gráficos, televisivos, digitales y radiales de comunicación del país se hicieron eco del hecho. Eso hizo que el caso adquiera una notoriedad absoluta y puso toda la atención en el avance de la investigación judicial.
La desmedida intervención policial sucedió en una vivienda de la calle Nigromante al 400, donde un grupo de treinta adolescentes estaba celebrando una fiesta de egresados. Ante el llamado de vecinos que se quejaban por ruidos molestos, varias patrullas se hicieron presentes en el lugar. Sobre lo que pasó a partir de ese momento existen distintas versiones, que están siendo cotejadas e investigadas.
Fue en esas confusas circunstancias que los efectivos lanzaron una lluvia de balas de goma contra los adolescentes. Once resultaron seriamente heridos: uno de ellos recibió al menos ocho impactos de perdigones en la nuca y otro quedó con la visión de un ojo comprometida.
En las últimas horas se conoció que el titular de Fiscalía Nº1 de Delitos Complejos de Zárate-Campana, Martín Zocca, imputó a un efectivo policial por el delito de «vejaciones», mientras que otros 24 están siendo investigados por el mismo hecho.
El investigador ordenó el secuestro de 11 escopetas tipo Ithaca calibre 12/70, que disparan balas de goma, para establecer si fueron las utilizadas por los uniformados durante el hecho.
«Se están relevando las armas para realizar las pericias correspondientes de balística para determinar cuál de ellas efectuó disparos, en función de las vainas que quedaron, y para establecer las que percutaron sobre esos cartuchos», indicó una fuente judicial a la agencia Télam.
«Luego se verificará quién era el poseedor de cada una de las armas para poder seguir investigando», agregó.
Si bien la causa comenzó a ser investigada por el fiscal Claudio Aundjian, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 5 de Escobar, como «atentado y resistencia a la autoridad», al intervenir personal de una fuerza de seguridad pasó a manos de Zocca, que interviene en Delitos Complejos. En tanto, los peritajes quedaron a cargo de la Gendarmería Nacional.
Por su parte, la Auditoría General de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad bonaerense informó que ingresó la denuncia por “exceso en medios empleados en procedimiento policial”. De esta forma, inició un sumario interno por parte de la Auditoría Sumarial 3, a cargo de Lorena Rebuffa.
La auditora a cargo del expediente se encuentra analizando los dispositivos AVL de los patrulleros, los cuales indican el lugar, la hora y el lapso de tiempo que estuvo cada vehículo en ese sitio.
La versión policial señala que los efectivos intentaron separar a los jóvenes, pero desde adentro de la vivienda comenzaron a agredirlos tirándoles piedras y otros objetos contundentes y tuvieron que responder disparando con escopetas con postas anti tumulto.
A su vez, voceros de la fuerza afirmaron que una oficial tuvo que ser atendida por un traumatismo de cráneo sin pérdida de conocimiento, luego de ser impactada por una piedra arrojada desde la casa.
Además, fuentes de la investigación señalaron que durante el procedimiento un joven intentó robarle el arma reglamentaria a uno de los policías que llegó en la primera patrulla. Fue reducido y detenido, pero quedó libre a las pocas horas por orden judicial.
La versión de los jóvenes que participaban de la fiesta es bastante distinta. Según ellos, los policías tiraron más de 40 disparos dentro y fuera de la vivienda se realizaba el encuentro. Muchos directamente a quemarropa o corta distancia, por lo que algunos adolescentes debieron ser hospitalizados a causa de las heridas.
“Yo estaba mirando lo que pasaba y empecé a escuchar muchos disparos, que eran todos de la Policía, porque nadie de nosotros tenía armas o algo por el estilo. Encima no se podía salir para ninguno de los dos lados, porque cortaron la calle con los patrulleros”, le contó Joaquín González (18) a El Día de Escobar.
El joven recibió un disparo en el ojo derecho y debió ser atendido en un sanatorio de Capital Federal. “Me tiró de frente, a unos 6 metros de distancia, sin dar la voz de alto, ni nada. Sentí el impacto de una, fueron segundos”, relató.
Por su parte, el secretario de Seguridad del Municipio, Nicolás Serruya, este miércoles afirmó que la investigación está en un «estado embrionario» y el Ejecutivo local tiene «mucha responsabilidad inferida» en el caso: «Hablamos con los vecinos, con las familias y con las víctimas y estamos a disposición de todos», sostuvo en diálogo con la FM Con Vos.
«Estamos muy preocupados con la situación y por eso necesitamos que haya una actuación con la mayor celeridad posible de la Justicia para determinar las responsabilidades y avanzar», concluyó el funcionario.
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