Tenía 95 años. Fue docente, presidenta del Consejo Escolar, delegada municipal y una militante histórica del peronismo. Nacida en Italia, vivió en Neuquén y llegó a Matheu escapando de la dictadura de 1955. “Nunca bajé los brazos”, decía.
Una triste noticia comenzó a circular en las últimas horas en las redes sociales: el fallecimiento de Gianfranca Giannini de Sangalli Dupuy, una vecina de la localidad de Matheu que supo ser funcionaria pública y logró un profundo reconocimiento en el peronismo por su perseverante y tenaz militancia política.
Nacida en Italia y criada en Río Negro, una parte de su vida transcurrió en Neuquén. A mediados de la década del cuarenta, su esposo, el médico clínico Enrique Héctor Sangalli Dupuy, quien años después tendría un cargo muy importante en el Ministerio de Salud Pública de esa provincia, la hizo conocer el por entonces incipiente movimiento peronista. Cuenta que a partir de ahí se enamoró del concepto de justicia social.
Esa pasión se tradujo en militancia y hasta en una relación con la mismísima Evita. “Fui varias veces a verla, porque ella nos llamaba, nos daba consejos. El día que falleció fui a su casa a verla. Era una mujer muy maternal, pero de mucho carácter. Decía una cosa y había que hacerla, eh”, recordaba en una entrevista publicada en 2018 en DIA 32 (ver nota acá).
En 1955 la autodenominada Revolución Libertadora derrocó al presidente Juan Domingo Perón y marcó un quiebre en la vida política de los argentinos. Para ella, también: docente de profesión, fue censurada e inhabilitada por la dictadura militar de Pedro Eugenio Aramburu y nunca más pudo volver a ejercer.
“Primero me trasladaron y después me echaron. Mi marido era un tipo bastante introvertido y sufrió mucho. Para él, Matheu fue un destierro”, revela sobre esos años oscuros y su llegada al entonces distrito de Pilar, en 1958, luego de abandonar Neuquén con dos pequeñas hijas a cuesta y de vivir algún tiempo en casa de su suegra, en Capital.
Pese a todo lo que tuvo que atravesar, la llama de la militancia nunca se apagó. Una vez instalada en Matheu -“un pueblo radical de toda la vida”, decía-, hizo de todo por el progreso de la localidad. De hecho, la Escuela Primaria N°26 del barrio Itatí, el Jardín de Infantes N°923 y la delegación municipal se construyeron a partir de gestiones suyas con los gobiernos provinciales de turno.
En el plano político, fue cofundadora de la agrupación peronista Paz, Pan y Trabajo y ejerció diversos cargos en la función pública: fue delegada municipal de Matheu y consejera escolar por el Frente Justicialista Popular entre 1989 y 1993. Durante la segunda mitad de ese mandato presidió el Consejo Escolar y más tarde trabajó en la Dirección de Tránsito.
“Me hubiese gustado ser concejal, pero lo que más me gusta es la acción social. Lo hago porque lo siento y no me arrepiento de nada. Al que pude ayudar, ayudé”, contaba en aquella entrevista, semanas después de haber recibido una distinción del Consejo de Partido del PJ de Escobar.
En febrero, ya con 94 años, Gianfranca volvió a ser noticia. Fue el día en que se aplicó la primera dosis de la vacuna contra el Covid-19. Su foto con los brazos en alto, los dedos en V y la remera de Cristina se replicó en varios portales y sitios de noticias. La sonrisa y la alegría de aquel momento quedarán para el recuerdo eterno.
Decenas y decenas de vecinos expresaron su tristeza en las redes sociales, especialmente en Facebook, a esta querida y emblemática vecina matheuense. También lo hizo el intendente Ariel Sujarchuk. ”Fue una mujer comprometida que militó y sostuvo intactas sus convicciones hasta el último día”, expresó en un pasaje de una sentida despedida.
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