En la cuenta regresiva, Hugo Cantero levantó su bajo perfil

portada “No hay peleas ni nada raro”, aclaró el funcionario, aunque reconoció que “es muy posible” su salida de Gobierno. “No he sido un pata de plomo”, se definió.

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"He sido una suerte de canciller", analizó Cantero.

Sin decirlo explícitamente, fiel a su estilo de insinuar ante los micrófonos cuando se trata de asuntos vidriosos, Hugo Cantero reconoció en declaraciones a la prensa que su permanencia al frente de la Secretaría de Gobierno del Municipio tiene fecha de vencimiento el 10 de diciembre. Para ese día se espera que el intendente Sandro Guzmán anuncie la conformación de un nuevo equipo de funcionarios, donde caras como las de Walter Blanco serán reemplazadas por otras como la de Elio Miranda en la Jefatura de Gabinete -todavía no se oyó una voz que desmienta el firme trascendido que publicó este medio-, entre otras cirugías reparadoras a las que se someterá en sus mandos superiores el Ejecutivo de Escobar.

La rueda de prensa que Cantero ofreció el pasado viernes 6 a la tarde, convocada a las apuradas con tres horas de antelación, resultó sorpresiva, aunque podría decirse que también necesaria. Su ausencia a casi todos los actos oficiales de los últimos meses encabezados por el intendente Sandro Guzmán -cuestión sobre la que, raramente, ningún periodista lo consultó-, sumado a su llamativo perfil bajo en una gestión a la que se lo vio entrar tan entusiasmado en junio de 2008, llegaron a alimentar más versiones de las que razonablemente se podrían creer respecto a su incómoda residencia en el Palacio Municipal.

Con el nombre del concejal Roberto Palau difundido por El Día de Escobar como su casi seguro sucesor a partir del 10/12, y ante una ola de versiones que hablaban de ríspidas peleas con algunos alfiles de Guzmán, Cantero decidió volver a enfrentar los micrófonos y, para no defraudar las expectativas, dejó unas cuantas definiciones y frases dignas de releer.

En ese distendidísimo diálogo con la prensa, en formato similar a mesa de café, pero con los “rec” activados, el secretario de Gobierno saviense deslizó varios conceptos sobre la marcha de la gestión municipal, la actual “matriz política” de Escobar y su futuro inmediato. Además, y pese a que admitió algunas diferencias con él, le dedicó a Walter Blanco un ramo de elogios.

“Yo no estoy para pelear un espacio de poder, estoy para acompañar una política y potenciar el proyecto político actual. Tengo una total gratitud hacia el Intendente y hacia el Jefe de Gabinete por haber confiado en mí y respetar mi historia militante, ya que no provengo del mismo espacio político y vamos hacia el mismo norte. No hay peleas, no hay nada raro. Yo no estoy aclarando nada”.

“No vengo acá para calentar una silla y ser uno más o una suerte de gatopardista del entorno de la Municipalidad. No estoy para la salvación personal, estoy para tratar de cambiar la realidad del conjunto. Si es por preferencias, me gustaría transformar un montón de cosas. Y para hacer las tortillas hay que romper los huevos”.

“Mi rol no ha sido el de un secretario de Gobierno tradicional. He sido una suerte de canciller, de mediador, alguien que propuso estilos de gestión, cuestiones teóricas. No he sido un pata de plomo”.

“De a poco fuimos fortaleciendo un liderazgo. Ya hay un nombre instalado en la sociedad y una etapa cumplida y consolidada. Ahora vendrán otras etapas, hay mucho por hacer. Sandro necesita hombres que se proyecten a la Provincia y a la Nación, porque una de las formas de potenciar a un intendente es proyectando nuevas figuras políticas, y consolidar su gabinete. Entonces, lo que hay que hacer es liberarle las manos y acompañar desde el rol que sea. Como dijo Perón: ‘No son los cargos los que ennoblecen a los hombres sino los hombres los que deben ennoblecer a los cargos’”. En este párrafo, además, reconoció que su salida de Gobierno “es una de las posibilidades” y se definió como “uno de los proyectables”.

“Sandro logró unir la diversidad, a muchas de las partes, y así fue construyendo este liderazgo, que sintetiza al grueso de las expresiones políticas de Escobar. Fue un saviense más peleando la ruta 26 y es un belenense más peleando la ruta 9. Tiene un coraje y una valentía extraordinaria”. También le destacó que “respetó, acompañó y potenció las políticas culturales” y que “incorporó a la educación en la agenda del Municipio”. En cuanto a las alianzas con líneas internas del peronismo y dirigentes de tan variado linaje, admitió que “es un tema que hay que resolver”, y que “al no haber un enemigo enfrente es todavía peor”.

“No hay políticas de Estado definidas, pero en algunas cuestiones vamos marcando el rumbo. Todo se puede hacer en la medida que el Intendente acompañe en las políticas. Escobar está en condiciones de hacer una revolución educativa, está todo por hacer porque ha habido muchos años de inacción”. En ese aspecto, también se refirió a la demorada construcción del edificio para la UBA en el polideportivo Luis Monti, como dicta una ordenanza sancionada en 2007. “Se postergó porque la obra pública se puso en el centro de la gestión”, justificó, a la vez que afirmó que “hay varias alternativas” en estudio, entre ellas la de “hacer un campus en la zona céntrica”, a la que impulsa entusiasta pero débilmente.

“Walter tiene una impronta política muy fuerte y una velocidad mental bárbara. Su agilidad ha ayudado mucho, sobre todo en la primera etapa. Supo mediar con los distintos sectores políticos y darle gobernabilidad al Municipio. Muchas veces, como me pasa a mí, no tiene la libertad de decir las cosas que quisiera decir, porque lo que él diga compromete la figura del intendente y hacia afuera tiene que haber una coherencia”. Además, consideró “un gesto de grandeza” el compromiso de Blanco irse el 10/12, aunque aclaró que “acá nunca nadie se va del todo”.

“Los mayores debates se dan adentro. Hacia afuera somos todos unos señoritos, pero adentro nos matamos marcando posiciones políticas. El día que no lo hagamos, desaparecemos. A los peronistas nos gusta el poder, otros lo padecen y después necesitan un helicóptero para irse”.

Por Ciro D. Yacuzzi
Director de El Día de Escobar

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