Escobar es uno de los pocos distritos que cuenta con un Instituto Municipal de Música. Este centro educativo nació el año pasado para brindar una solución al vacío dejado por Arte Musas, un conservatorio privado que debió cerrar sus puertas tras un conflicto centrado en el sistema de becas.
Los estudiantes de aquella institución siguieron sus respectivas carreras en el Instituto Municipal, cuyos nuevos inscriptos iniciaron el ciclo lectivo el pasado 28 de marzo.
“Estamos muy entusiasmados y comprometidos con lo que hacemos. Acá la educación es integral e intensa. Los docentes son buenos, el material de lectura también es muy bueno y los alumnos vienen comprometidos con su propio crecimiento”, afirma a El Día de Escobar el director del instituto, Claudio Barrón (34).
El recorrido académico para ser reconocido como un “músico profesional” es largo. En Escobar se pueden estudiar los tres años de la “pre-carrera” o Ciclo Básico. Y una vez egresado iniciar la carrera propiamente dicha en los conservatorios de música del país.
Estos institutos tienen tradicionalmente una formación en música clásica, mientras que en Escobar se eligió una orientación en música popular. Además, a partir de este año se incorporó el dictado de tres nuevos instrumentos: bombo legüero, violín y flauta traversa, los cuales se suman a los ya existentes. Todo esto hace aún más valiosa la oportunidad que tienen los estudiantes del distrito.
Para 2011, en principio, había 20 vacantes, pero un aluvión de solicitudes hizo que el Municipio extienda ese número a 65. Barrón explica que la selección de los aspirantes se dio por medio de una transparente “meritocracia”. Es decir, curso y examen de ingreso para todos, y los mejores adentro.
“Tuvimos el apoyo de la gestión que gobierna actualmente. Con paciencia las cosas se consiguen. Nos han brindado los instrumentos nuevos y todos los docentes trabajan en blanco”, señala, como indicando que el fomento a la cultura se trata de una excepción y no la regla.
“En la actualidad vivimos una problemática interesante. La gente no consume cultura. La que más se consume es la de Tinelli. Por la zona no hay muchos teatros, recitales y lugares para la cultura. Ese es el dilema que enfrentan los amantes de la cultura cuando se plantean un futuro profesional. Por suerte, este instituto construye una alternativa”.
Los estudiantes escobarenses gozan de una muy buena educación y de forma gratuita. Esto es posible gracias a los aportes provenientes de las arcas comunales. “Por suerte hay acompañamiento de la Municipalidad, el clima de laburo es muy bueno y, en general, estamos todos contentos”, acota Barrón.
Con un presente promisorio, cargado de la pasión de docentes y estudiantes, el director del instituto se permite soñar con un futuro aún más grande: “Con la base de estudiantes que tenemos podemos pensar en, algún día, poder cursar íntegramente las carreras de Música en Escobar. Sería ideal”.
Por Marcos B. Federman
El Instituto de Música hizo su presentación oficial en julio de 2010, en el teatro Seminari. Después tocó Manuel Wirtz.
Escobar es uno de los pocos distritos que cuenta con un Instituto Municipal de Música. Este centro educativo nació el año pasado para brindar una solución al vacío dejado por Arte Musas, un conservatorio privado que debió cerrar sus puertas tras un conflicto centrado en el sistema de becas.
Los estudiantes de aquella institución siguieron sus respectivas carreras en el Instituto Municipal, cuyos nuevos inscriptos iniciaron el ciclo lectivo el pasado 28 de marzo.
“Estamos muy entusiasmados y comprometidos con lo que hacemos. Acá la educación es integral e intensa. Los docentes son buenos, el material de lectura también es muy bueno y los alumnos vienen comprometidos con su propio crecimiento”, afirma a El Día de Escobar el director del instituto, Claudio Barrón (34).
El recorrido académico para ser reconocido como un “músico profesional” es largo. En Escobar se pueden estudiar los tres años de la “pre-carrera” o Ciclo Básico. Y una vez egresado iniciar la carrera propiamente dicha en los conservatorios de música del país.
Estos institutos tienen tradicionalmente una formación en música clásica, mientras que en Escobar se eligió una orientación en música popular. Además, a partir de este año se incorporó el dictado de tres nuevos instrumentos: bombo legüero, violín y flauta traversa, los cuales se suman a los ya existentes. Todo esto hace aún más valiosa la oportunidad que tienen los estudiantes del distrito.
Para 2011, en principio, había 20 vacantes, pero un aluvión de solicitudes hizo que el Municipio extienda ese número a 65. Barrón explica que la selección de los aspirantes se dio por medio de una transparente “meritocracia”. Es decir, curso y examen de ingreso para todos, y los mejores adentro.
“Tuvimos el apoyo de la gestión que gobierna actualmente. Con paciencia las cosas se consiguen. Nos han brindado los instrumentos nuevos y todos los docentes trabajan en blanco”, señala, como indicando que el fomento a la cultura se trata de una excepción y no la regla.
“En la actualidad vivimos una problemática interesante. La gente no consume cultura. La que más se consume es la de Tinelli. Por la zona no hay muchos teatros, recitales y lugares para la cultura. Ese es el dilema que enfrentan los amantes de la cultura cuando se plantean un futuro profesional. Por suerte, este instituto construye una alternativa”.
Los estudiantes escobarenses gozan de una muy buena educación y de forma gratuita. Esto es posible gracias a los aportes provenientes de las arcas comunales. “Por suerte hay acompañamiento de la Municipalidad, el clima de laburo es muy bueno y, en general, estamos todos contentos”, acota Barrón.
Con un presente promisorio, cargado de la pasión de docentes y estudiantes, el director del instituto se permite soñar con un futuro aún más grande: “Con la base de estudiantes que tenemos podemos pensar en, algún día, poder cursar íntegramente las carreras de Música en Escobar. Sería ideal”.
Por Marcos B. Federman