“El industrial es gerente, empleado, secretario, cadete y hasta maestranza”

En el balance de 2018, el presidente de la UIDE, Marcos Villar, afirmó que fue un año “muy malo” para el sector. Pero destacó la capacidad de las pymes para enfrentar las adversidades.

Diálogo. Villar valoró el rol de la UIDE en la intermediación para resolver los problemas del sector.

En el balance de 2018, el presidente de la UIDE, Marcos Villar, afirmó que fue un año “muy malo” para el sector. Pero destacó la capacidad de las pymes para enfrentar las adversidades.

La actividad industrial no caía tan drásticamente en el país desde 2002. En el partido de Escobar, una decena de empresas cerraron sus puertas y otras tantas están tramitando su baja de manera formal. Consecuentemente, cientos de trabajadores se quedaron en la calle.

En el plano institucional, para la Unión Industrial de Escobar (UIDE) el año 2018 fue de una actividad intensa, porque la crisis hizo imprescindible que se redoblaran los esfuerzos para atender las necesidades del sector, con reuniones, gestiones y nuevos servicios.

“Para la entidad fue un año positivo. De hecho, este año hemos traído a varios funcionarios nacionales y provinciales, inclusive han venido ministros con los cuales hemos discutido fuerte y abiertamente sobre las políticas que nosotros consideramos que eran negativas. Siempre con respeto, pero defendiendo al sector, porque para eso estamos”, expresó en declaraciones a El Día de Escobar.

No obstante, reconoció que el sector “no estuvo ajeno” a la situación general del país. “Fue un año donde muy puertas adentro de las empresas tratamos de resolver los problemas de la forma que sabemos hacer los industriales: parados encima de los problemas, sobre todo cuando sos una PyME y no tenés la posibilidad de poner gente que atienda los problemas sino que los atendés vos mismo. No tenemos más que nuestra impronta y voluntad de solucionar los problemas”, señaló.

En esa línea, también enalteció la figura del industrial, muchas veces criticado por, entre otras cosas, su presunta falta de responsabilidad social. “Es una raza especial, no es un comerciante ni un empresario. El industrial es un tipo que si tiene que arreglar algo y sabe que el de mantenimiento recién va a venir el lunes, se va a tirar para ver si lo pude arreglar. El industrial es gerente, empleado, secretario, cadete y hasta maestranza. Hace todo”, aseguró.

Ante las situaciones adversas que se fueron presentando a lo largo del año, la UIDE cumplió un rol de proximidad, asesoramiento y enlace para colaborar a resolverlos: “No es que así tenés mayor cantidad de socios, pero tenés mayor cantidad de caras nuevas que se suman porque tienen problemas. Y sea socio o no, uno colabora porque es un par. Cuando esos actores ven que los resultados son positivos, está en ellos asociarse o no, pero lo que no puede decir es que no le tendimos un puente. Y a eso nos dedicamos: a tender puentes para solucionar los problemas”, graficó.

En ese sentido, Villar destacó la labor de la UIDE en 2018. “Firmamos algunos convenios, como con la ANSES, para que puede tener una oficina acá y pueda ir a las empresas; seguimos teniendo el servicio de correo para todo lo que es la industria zonal; y trabajamos en conjunto con el OPDS (Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible) para agilizar y digitalizar todo lo que fue la matriz de cumplimiento en el orden ambiental”.

Acuerdos. La firma de un convenio con la ANSES permitió incorporar un nuevo servicio para los socios.

“Y también hay una gestión con la Casa de Producción de Pilar, que depende del Ministerio de Producción y Trabajo de la Nación, para firmar un convenio y que un día a la semana puedan venir todos los industriales acá para saber qué nuevas herramientas hay o qué programa está saliendo”, comentó.

El objetivo de todas estas acciones es tan simple como concreto: “No podemos cambiar la política monetaria, pero sí ir atacando cosas que pueden atenuar el conflicto”, argumentó.

“A título personal, es una satisfacción cuando del otro lado del teléfono está el que te dice, “gracias por la mano”. Pero es más enriquecedor cuando todo el que viene acá te dice, “pude solucionar el problema”. Y el que solucionó el problema fue la UIDE, porque somos muchos actores que trabajamos para solucionarle el problema a alguien”, concluyó, con la satisfacción del deber cumplido.

Nuevos desafíos

Con la mente puesta en 2019, que según los pronósticos resultará un año igual o más complicado para el sector, la UIDE ya está elaborando las estrategias para enfrentar la situación bajo una premisa fundamental: la unión hace la fuerza.

“Nadie es más sabio que otro sino que tiene diferentes conocimientos y muchos aportes que hacer en base a eso. Todos somos esponjas que absorbemos el conocimiento del otro, porque queremos aplicar lo que al otro le terminó siendo exitoso. Y no es copiar sino que es transferencia de conocimientos entre pares. Por eso, la idea es trabajar un poco más hermanados entre todos y crear áreas específicas de trabajo donde empecemos a diseminarnos por otras entidades”, adelantó Villar.

En ese sentido, remarcó querer “trabajar más en conjunto” con la Unión Industrial de la provincia de Buenos Aires (UIPBA) y los referentes locales. “Tenemos que trabajar, ya sea con pares nuestros, hacia bajo o hacia arriba, en las discusiones con la función pública, donde se toman las decisiones que te afectan positiva o negativamente. Entonces, la idea es estar, sentarse y discutir ideas, y no sentarte, esperar que te lleguen y después salir a atacar”, explicó.

Para finalizar, el titular de la UIDE y también vicepresidente segundo de la UIPBA se refirió a las expectativas para el año entrante. “Esto es dinámica. Pero te das cuenta que esta rotación de gente, de ministros, funcionarios y demás, siempre es buena, porque el nuevo que llega viene con ganas de aportar cosas buenas”.

“El problema es que cada vez pagamos más impuestos y menos proveedores. De algo no nos podemos quejar: llegamos al año que viene. Y eso es gracias a nuestras habilidades como industriales ”, aseguró, Villar con tanto optimismo como cautela.

Por Damián Fernández

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