De vocación… escritor

A los 24 años, Matías De Lorenzo presentó en la Casa de la Cultura su primer libro: Relatos en la oscuridad.

Con 24 años cumplidos, Matías Gastón De Lorenzo ha forjado su juventud dando rienda suelta al mundo de las palabras y este miércoles presentó en sociedad su primer libro: Relatos en la oscuridad, cuya prosa representa etapas de su existencia y de la vida diaria.
Las narraciones transitan al lector por el sinuoso camino de la esperanza, donde pugnan por subsistir el amor, la vida, la muerte y la realidad.
De Lorenzo se hizo a la escritura detractando aquella frase borgeana que decía: “No sé si soy un buen escritor, creo ser un excelente lector”, pues reconoce que leer no es su fuerte.
Bajo el manto de la típica timidez de juventud, surgen sus primeras palabras: “Nací en Del Viso, pero al año ya vivía en Garín y ahora estoy radicado en Escobar. Terminé noveno año del secundario y todavía no decidí cómo continuar”.
Para conocerlo un poco más, abrimos el libro en una página al lazar y leemos: “Temía que eso fuera una especie de maldición del mismo infierno, cómo podía ser que alguien honrado viviera en la calle como un desechable humano de esos tiempos” (del cuento: “El caminante”).
Lo cierto es que sus sentimientos más profundos lo llevaron a jugar sus cartas y transitar la rigurosa vida del escritor. Para finalizar, agrega una perla: “Ya estoy editando mi segundo libro, y prometo que superará al inicial”.
Por Ariel J. Spadaro
De Lorenzo presentó Relatos en la oscuridad.

De Lorenzo: Relatos en la oscuridad.

Con 24 años cumplidos, Matías Gastón De Lorenzo ha forjado su juventud dando rienda suelta al mundo de las palabras y este miércoles presentó en sociedad su primer libro: Relatos en la oscuridad, cuya prosa representa etapas de su existencia y de la vida diaria.

Las narraciones transitan al lector por el sinuoso camino de la esperanza, donde pugnan por subsistir el amor, la vida, la muerte y la realidad.

De Lorenzo se hizo a la escritura detractando aquella frase borgeana que decía: “No sé si soy un buen escritor, creo ser un excelente lector”, pues reconoce que leer no es su fuerte.

Bajo el manto de la típica timidez de juventud, surgen sus primeras palabras: “Nací en Del Viso, pero al año ya vivía en Garín y ahora estoy radicado en Escobar. Terminé noveno año del secundario y todavía no decidí cómo continuar”.

Para conocerlo un poco más, abrimos el libro en una página al lazar y leemos: “Temía que eso fuera una especie de maldición del mismo infierno, cómo podía ser que alguien honrado viviera en la calle como un desechable humano de esos tiempos” (del cuento: “El caminante”).

Lo cierto es que sus sentimientos más profundos lo llevaron a jugar sus cartas y transitar la rigurosa vida del escritor. Para finalizar, agrega una perla: “Ya estoy editando mi segundo libro, y prometo que superará al inicial”.

Por Ariel J. Spadaro

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