A pesar de no tener aún una fecha de publicación, el proyecto toma contornos reales y así Patricia López, “Rebecca”, la taquígrafa, la madre, la estudiante, se apodera -a pesar de su humildad- del título de “la escritora”, que promete un nuevo viaje, un nuevo carrusel, ahora propio.
Por su trayectoria como taquígrafa, López recibió una distinción del Concejo Deliberante.
Cansada de la rutina de una semana que parecía no terminar jamás, Patricia entra tímidamente al bar, se sienta y llama al mozo con un gesto: “Una Coca light, por favor”, pide de manera minuciosa, en un tono casi imperceptible ante los gritos apabullantes de los cinco señores de la mesa contigua.
Para entender el hilo de la historia hay que remontarse tres años atrás, cuando Patricia López encontraba en su interior una pasión que había gestado desde chica y olvidado en los trajines de la madurez: la escritura. Así, bajo el seudónimo de “Rebecca”, comenzó a escribir un blog de cuentos breves, con un gran grado de romanticismo, que gustó y conmovió a más de un lector.
“Por ese medio conocí a las dos personas que me acompañaron en esta aventura”, señala en referencia a su primer libro, creación conjunta con sus –desde entonces- amigas Silvia Pereyro (“Leny”) y Susana Ruggiero (“Susuru”), ambas de Caballito.
Unidas por la casualidad, la web y el mismo amor al arte que mantenían en paralelo con sus vidas de adultas responsables y rutinarias, estas tres “chicas” dieron forma a “Trío Vivo”, un libro donde volcaron tantos años de tinta marcada en papeles acumulados.
La obra fue presentada en el Centro Cultural Archibrazo, en Capital Federal, semanas atrás. “Fue una experiencia única, el lugar se desbordó: calculábamos 60 personas y fueron más de 70, no alcanzaban las sillas”, recuerda Patricia, añorando aquel momento en el que sintieron que tanto trabajo había llegado a su punto culmine.
Los tres tópicos
La presentación de "Trío Vivo" tuvo buena repercusión y las ventas del libro superaron las expectativas.
“Un carrusel de misterio, locura y erotismo”, así se definió unánimemente este libro, de pequeñas historias narradas desde lo más infinito del deseo, lo mágico de la aventura y lo sinuoso del misterio.
“Yo lo que trato de hacer es resaltar sensaciones”, explica esta mujer rubia de tez rubia, quien abandonó el seudónimo de Rebecca una vez que superó el pudor de las dos personalidades complementarias que conviven en ella.
Por un lado, la tímida Patricia, taquígrafa desde hace más de 20 años en el Concejo Deliberante, licenciada en Sistemas de Información y madre de dos hijos. Por el otro, la sensual Rebecca. Ambas, en un momento, decidieron unirse y así nacieron los pequeños cuentos que forman parte de “Trío Vivo”.
Historias, poemas sutiles y no tanto, todo gira en el margen de un erotismo a flor de piel.
“Mayormente son fantasías. No son todas mías. Cuando tenía el blog de Rebecca, mucha gente me mandaba sus fantasías. Yo las escribía y las publicaba. Esa experiencia me encantó”. Enseguida, Patricia aclara que “hay un límite muy delgado entre el erotismo y la pornografía. La clave está en cuidar el lenguaje”.
Las ventas del libro superaron las expectativas, más aún por ser un proyecto amateur, que la única manera de difusión que tiene es a través del blog (www.porpropioimpulso.com.ar) y el boca a boca. Gratificada por este debut, Patricia ya piensa en escribir su segundo libro, ahora de manera individual. “Tengo muchas ganas, me parece un desafío y ya tengo escritos algunos textos que lo van a conformar”, anticipa.
A pesar de no tener aún una fecha de publicación, el proyecto toma contornos reales y así Patricia López, “Rebecca”, la taquígrafa, la madre, la estudiante, se apodera -a pesar de su humildad- del título de “la escritora”, que promete un nuevo viaje, un nuevo carrusel, ahora propio.
Por Rocío Morale Otero
Fuente: El Día de Escobar