Maestro mayor de obras, vecino de Ingeniero Maschwitz y apasionado por las carreras de montaña, uno de los grandes anhelos de Sebastián Jonsson (38) era correr las 100 millas de UTACCH: 160 kilómetros sin parar por las sierras de Córdoba.
UTACCH significa Ultra Trail Amanecer Comechingón. Las 100 Millas comechingonas se destacan por ser una de las carreras de distancias más duras y largas de Sudamérica y del mundo. Los competidores deben cruzar el cordón montañoso de las Sierras Grandes de los Comechingones con su protector y leyenda, el cerro más alto de Córdoba, la cumbre conocida como el Cerro Champaquí, de 2.884 metros. Para hacerlo tienen un tiempo límite de 42 horas.
La largada de esta nueva edición tuvo lugar el viernes 4 a la mañana desde la localidad de Villa Yacanto, en el Valle de Calamuchita, con un desnivel total de casi 16.000 metros: 8.000 de subida y otros tantos de bajada. Pasando por todos los terrenos: tierra, asfalto, ripio, calles de adoquines con mucha pendiente, cruces de río y arroyos.
El corredor maschwitzense no pudo completar los 160 kilómetros. Debió abandonar por problemas físicos en el kilómetro 104.5, habiendo hecho casi el 60% del trayecto. El puesto de abastecimiento llamado “el galpón”, en una zona en las afueras de Villa Yacanto, fue el punto final para el atleta del partido de Escobar, que en 2023 había corrido en esa misma localidad los 116 k.
Exigencia extrema
“Debido al intenso calor y al sol radiante durante el mediodía del viernes y la mañana del sábado, abandoné cerca de las 14. Sufrí una fuerte insolación”, le contó Jonsson a El Día de Escobar. “Además, mis pies estuvieron sometidos a 27 horas sin parar y la transpiración me hizo sentir demasiada sensibilidad y dolor en las plantas”.
A ese cuadro se sumó “la fiebre producida por la insolación”, a pesar de haber usado continuamente protector solar e hidratarse en cada puesto de abastecimiento.
Como estaba previsto, la carrera se desarrolló en un circuito extremadamente duro, muy técnico, con subidas y bajadas muy pronunciadas. Muchas piedras grandes, que se debían sortear, bajadas de ripios y piedra suelta.
“Hicimos cumbre en el cerro Champaquí alrededor de las 23. En la cumbre había un fuerte viento acompañado de arena, muy molesto para la vista y la respiración. Sin dudas que el gran invitado fue el calor, generándonos mucha deshidratación. Tuvimos que tomar agua de ríos o arroyos, lo que encontráramos cerca”, señaló el maschwitzense sobre su aventura en las sierras.
Un dato para resaltar es que de los 161 participantes, solo lograron finalizarla alrededor de 60, lo que demuestra lo complejo y desgastante de la carrera. “Lo duro de este desafío marcará nuestras vidas, dejamos todo, pero a veces no alcanza. Seguiremos preparándonos para ser mejores”, confesó Jonsson, que desde hace años entrena para cumplir objetivos en el universo del running de aventura.