Un chico de 17 años que fue atacado este domingo a la madrugada por una patota cuando salía de una disco de la localidad de Garín se encuentra internado con pronóstico reservado a causa de las lesiones sufridas, especialmente en la cabeza.
El terrible episodio ocurrió sobre la Colectora Oeste, cuando la víctima salió del boliche Rebeca junto a otros amigos, todos menores de edad. Mientras esperaban un auto que los pase a buscar, varios adolescentes que circulaban en un micro descendieron exaltados y con ánimo de pelear.
“El micro frenó y una gran cantidad de personas bajaron para robarles y golpearlos. Un chico sufrió un corte en la cabeza por una herida de botella y otro recibió un palazo por la espalda”, relató a El Día de Escobar Enzo Nolasco, primo de uno de los agredidos.
Pero eso no fue todo. También contó que, en medio del salvaje ataque, un hombre que se acercó a ayudar a los chicos “fue herido con tres puñaladas”.
La trifulca ocurrió en la intersección de la Colectora Oeste con la calle Mendoza, a una cuadra de la disco Rebeca. Los agresores, tras consumar su objetivo, huyeron en el micro.
El adolescente que llevó la peor parte se llama Cristian Gabriel Siri y tiene 17 años. Es quien recibió un palazo en la cabeza por la espalda. Estuvo en terapia intensiva y tuvo que ser intervenido quirúrgicamente por un coágulo que le provocó el violento golpe.
Actualmente Siri está internado en la Unidad de Diagnóstico Precoz (UDP) de Garín con pronóstico reservado. Por su parte, los demás heridos ya fueron dados de alta.
El hecho fue denunciado en la comisaría Escobar 3ra, donde se instruyó un sumario por “lesiones graves” y se dio intervención a la Unidad Funcional de Instrucción Nº5. Se espera que las cámaras de seguridad de la zona contribuyan a identificar a los agresores.
“La vida de mi primo está en grave peligro y queremos saber quiénes fueron los responsables de semejante ataque”, expresó Nolasco, tan indignado como angustiado.
Los incidentes en las inmediaciones de Rebeca son moneda corriente los fines de semana. De hecho, a partir de este nuevo caso, muchos vecinos expresaron en las redes sociales que están acostumbrados a escuchar gritos, corridas y las sirenas de los patrulleros en horas de la madrugada.
Sin embargo, el nivel de violencia de este hecho, dejando a un chico al borde de perder la vida, fue mucho más allá y causó un repudio generalizado de la comunidad garinense.