Arsénico en el agua: el Consejo Hídrico Federal desacreditó el estudio del ITBA

El organismo afirmó que no se trata de un informe válido porque “carece de las condiciones técnicas, científicas, metodológicas y documentales necesarias”.

El Consejo Hídrico Federal desacreditó el estudio del ITBA sobre el arsénico porque “carece de las condiciones técnicas, científicas, metodológicas y documentales necesarias”.

A partir del alto impacto y la preocupación que causó la difusión del “Mapa de Arsénico” elaborado por el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), el Consejo Hídrico Federal (COHIFE) declaró que ese relevamiento no constituye un estudio científicamente válido porque “carece de las condiciones técnicas, científicas, metodológicas y documentales necesarias”. Además, advirtió que su propalación llevó a conclusiones erróneas sobre la calidad del agua potable en distintos distritos del país.

La controversia se originó tras la publicación del ITBA, difundida en noviembre, que había generado fuerte revuelo al alertar sobre la presencia de arsénico por encima de los límites tolerables en varios municipios bonaerenses, entre ellos el partido de Escobar.

Según la resolución 2/2025 del Consejo Hídrico Federal, las muestras utilizadas en el mapa fueron aportadas por personas de manera voluntaria”, lo que implica que no existe ninguna cadena de custodia ni información precisa sobre las coordenadas, la profundidad de los pozos o las condiciones de conservación durante el transporte. Para el COHIFE, esa falta de trazabilidad “induce a conclusiones erróneas en la población y afecta la confianza en los sistemas de provisión de agua potable”.

El organismo detalló que el mapa incumple normativas nacionales e internacionales, como las de la OMS, la EPA y las normas IRAM, debido a que el propio ITBA reconoció “no haber realizado ninguna verificación en campo” ni validación de los pozos muestreados. También advirtió la ausencia de controles básicos de calidad analítica, como duplicados o estándares certificados, lo que limita la confiabilidad de las mediciones difundidas.

Desde el punto de vista hidrogeológico, las autoridades provinciales señalaron que el mapa se elaboró con una única muestra por punto, lo que impide caracterizar la variabilidad real del recurso. Ese procedimiento, según la resolución del Consejo, es “inapropiado para generar interpolaciones cartográficas representativas” a partir de un volumen tan limitado de datos.

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Uno de los errores conceptuales destacados por el COHIFE es la confusión entre agua cruda y agua potable. La resolución advierte que el mapa presenta valores obtenidos de aguas subterráneas sin tratamiento (agua cruda) y los asocia directamente con localidades que, en realidad, “reciben agua potable de fuentes dentro de los límites establecidos”.

Según explicó el organismo, las jurisdicciones realizan procesos de tratamiento y monitoreo sistemático para asegurar la potabilidad. En esa línea, el artículo 3º de la resolución reafirma que “el agua suministrada a la población cumple estrictamente con los valores establecidos en las normativas vigentes”. Para el Consejo Hídrico Federal, ese punto es clave para evitar interpretaciones que generen alarma infundada en la ciudadanía.

El COHIFE también indicó que el ITBA reconoció que el mapa forma parte de un “proyecto de extensión universitaria y de una tesis de grado”, trabajos que no fueron sometidos a revisión científica por pares ni siguieron protocolos oficiales para una caracterización regional de esa magnitud.

Finalmente, el organismo exhortó a que cualquier futura publicación vinculada con salud pública se realice con “estricto apego a los estándares técnicos”, para garantizar responsabilidad en la comunicación de información sensible.

La resolución, fechada el jueves 4 de diciembre, lleva la firma de representantes hídricos de diversas provincias, entre ellas Mendoza, Chaco, Chubut, La Pampa, San Juan, Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Formosa, La Rioja y Buenos Aires.

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Arsénico en Escobar

El ahora cuestionado mapa del ITBA mostró numerosas zonas con arsénico por encima de los niveles seguros en más de una decena de municipios bonaerenses. Aunque varían entre barrios, algunos pozos superan los límites sanitarios. El sistema, creado en 2011, monitorea el contaminante y clasifica el riesgo según la concentración detectada.

En el último relevamiento, en lo que hace al partido de Escobar se tomaron dos puntos de referencia con resultados dispares. En un pozo ubicado sobre la calle General Paz, en Ingeniero Maschwitz, se midieron 71 partes por billón (ppb), un valor de riesgo alto. En el otro pozo, sobre la calle Larrea, en Belén de Escobar, la medición arrojó 18 ppb, dentro del rango de precaución. Las diferencias responden a variables naturales como la profundidad y el tipo de acuífero de cada perforación.

La situación se replica en otros distritos del AMBA y del interior bonaerense, donde 16 municipios superan las 50 partes por billón, el límite máximo permitido por el Código Alimentario Argentino. Entre los más comprometidos se encuentran Guaminí, San Vicente, Partido de la Costa, Vicente López, Mercedes y Ezeiza, con concentraciones que exceden ampliamente los valores recomendados por organismos internacionales.

La Organización Mundial de la Salud advierte que la exposición prolongada al arsénico aumenta el riesgo de desarrollar afecciones graves, entre ellas lesiones cutáneas, enfermedades respiratorias y distintos tipos de cáncer. Por ese motivo, especialistas recomiendan evitar el uso de agua de pozos con niveles elevados y avanzar en soluciones técnicas y obras que garanticen el acceso a fuentes seguras en las zonas más afectadas.

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