Un reciente estudio del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) relevó la cantidad de agua con arsénico en los distintos municipios bonaerenses. Los resultados fueron alarmantes y Escobar figura entre los partidos con registros por encima del umbral indicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El ITBA creó en 2011 el Mapa de Arsénico en Argentina, una herramienta que permite monitorear la presencia del contaminante en el agua de diversas regiones del país. El mapa interactivo clasifica los niveles de riesgo según la concentración de arsénico.
Según el último estudio, 16 municipios bonaerenses presentan niveles de arsénico que superan el máximo permitido por la ley nacional. Doce partidos del interior y cuatro del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) superan los 50 microgramos por litro, límite fijado por el Código Alimentario Argentino.
Entre los distritos con “semáforo en rojo” con valores superiores a 50 partes por billón se encuentra Escobar, con una concentración promedio de 71 ppb. Esta cifra es superior a la de General Rodríguez (67 ppb), Cañuelas (66 ppb), Almirante Brown (56 ppb) y Villarino (55 ppb).
Los municipios con mayor nivel de arsénico son Partido de la Costa (147 ppb), Monte (146 ppb), Vicente López (117 ppb), Mercedes (105 ppb), Ezeiza (96 ppb) y Chivilcoy (94 ppb),
Entre los municipios con “alerta amarilla” -de 10 a 50 ppb- se encuentran General Pueyrredón, Villa Gesell, Tres Arroyos, Olavarría, Junín, San Pedro, Bolívar, Baradero, Salliqueló, La Plata y varias comunas del Gran Buenos Aires. Este rango requiere estudios complementarios para determinar si su consumo puede aumentar el riesgo de enfermedades.

Recientemente, investigadores del CONICET desarrollaron un método innovador para eliminar arsénico y nitratos del agua, que utiliza carbón vegetal tratado química y térmicamente, logrando reducir más del 50% de la concentración de contaminantes. Esta técnica representa una alternativa de bajo costo especialmente útil para comunidades vulnerables.
Desde el ITBA explican que la contaminación por arsénico es natural e histórica, y que los valores no suelen variar demasiado con el tiempo. Además, aclaran que la presencia del mineral puede cambiar según la profundidad del pozo del que se extrae el agua en cada domicilio.
Riesgos para la salud
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que la ingesta sostenida de agua contaminada con arsénico aumenta significativamente el riesgo de desarrollar diversas enfermedades. Entre ellas se incluyen el Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE), lesiones cutáneas, cáncer de piel, cáncer pulmonar y de laringe, tos crónica, fibrosis pulmonar, afecciones cardiovasculares y diabetes.
Frente a estos casos, las autoridades recomiendan no consumir el agua ni usarla para cocinar y reemplazarla por fuentes seguras, sobre todo en los distritos donde los pozos presentan niveles en “rojo”. La presencia de arsénico en el agua sigue siendo un desafío sanitario y ambiental de gran magnitud, que demanda políticas sostenidas de control, inversión en infraestructura y tecnologías que garanticen el acceso a agua segura en todo el territorio bonaerense.


















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