Aída Holtz dijo que el acuerdo con el senador Roberto Costa caducó

Fue la vía por la que Zaffirio llegó a la Defensoría. “Después de las elecciones nunca nos vimos”, reveló.

En las elecciones legislativas del año pasado, las listas de candidatos de la Acción Vecinal de Escobar (AVE) y del ARI se abrazaron bajo el paraguas del Acuerdo Cívico y Social, en una experiencia electoral que les dejó el sinsabor de quedar a un puñado de votos de entrar en el reparto de las diez bancas de concejales en pugna.
En la noche del jueves 21 de mayo de 2009, el ahora senador provincial Roberto Costa convidaba una jugosa conferencia de prensa en el salón de eventos de Jet Set junto a la máxima autoridad escobarense del ARI, Aída Holtz. Era el lanzamiento de una unidad impuesta desde las cúpulas partidarias provinciales que en Escobar se suscribió a regañadientes, duró poco y terminó mal.
Como producto de aquel acuerdo, la licenciada Silvia Zaffirio, recomendada por Holtz, fue designada como adjunta en la Defensoría del Pueblo ya conducida por la abogada Rocío Fernández, que había llegado al cargo nominada por AVE. Las relaciones entre ambas nunca fueron buenas y la renuncia de la escolta de Fernández puso en el tapete la vigencia del pacto sellado el año pasado, del que ya nada más queda.
Por si quedaban dudas, Holtz confirmó que tras la dimisión de Zaffirio nada sostiene lo hablado con Costa. “Hubiera correspondido que alguien levante el teléfono y me pregunte qué pasó”, disparó la docente en una entrevista con El Día de Escobar.
¿Cuál es su impresión sobre lo que ocurrió en torno a la renuncia de Zaffirio?
Yo sabía que había desencuentros entre ambas. En un momento hablé con Silvia y estuvimos de acuerdo en darnos un tiempo para mejorar las relaciones de comunicación. Por lo que ella me contaba, había una intención de sacarla del medio, que también significaba sacar del medio al ARI. Pero tampoco hablé con la otra parte, nadie me vino a preguntar nada ni a darme ninguna explicación, aunque no la pedí. Creo que las personas tienen que darse cuenta de que los cargos son pasajeros y que el trato humano hay que tenerlo siempre, con todo el mundo.
¿Usted está planteando que había cierto nivel de autoritarismo en el manejo de la Defensoría por parte de Rocío Fernández?
Y, sí…
Ella relacionó la actitud de Zaffirio a un trasfondo político…
No hubo absolutamente nada de eso. Ahí se llevaban mal entre ellas, había un destrato. Yo no estaba ahí, pero le creo a Silvia.
A partir de lo que pasó, ¿el acuerdo electoral con AVE sigue en pie o ya se cayó?
No, no está vigente desde el momento en que Carrió del Acuerdo Cívico.
¿Se venía sosteniendo territorialmente? ¿Había diálogo entre el AVE y ARI?
No, después de las elecciones no nos vimos nunca más. El acuerdo sólo lo sostenía Silvia estando en la Defensoría.
¿Se arrepintió de haberle transferido a Zaffirio el ofrecimiento que Costa le había hecho para que usted vaya a la Defensoría?
No, porque que ella era más útil que yo. No me arrepiento. Sí me gustaría que haya una Defensoría con otra apertura. Por un lado, defendió a los usuarios del gas, pero por el otro no tocó qué está pasando con el puerto de regasificación de YPF, que está entre las sombras y no sabemos si un día va a explotar. No estoy cuestionando a Rocío Fernández, porque también tiene sus cosas, es una mujer preparada, pero es muy joven y creo que eso le dificulta el cargo.
¿Conversó con Costa sobre lo que pasó?
No.
¿Y no hubiera correspondido?
No. En todo caso hubiera correspondido que alguien levantara el teléfono y me preguntara qué pasó. Yo no pedí ni el acuerdo ni la defensoría adjunta. Podríamos haber conversado, sí, pero las cosas ya estaban así.
¿Fue un mal trago el acuerdo?
Para mí es todo un aprendizaje. En una próxima oportunidad no aceptaría en estas condiciones.
Por Ciro D. Yacuzzi
imagen aida

La docente Aída Holtz dio por caído su vínculo político con el senador Roberto Costa.

En las elecciones legislativas del año pasado, las listas de candidatos de la Acción Vecinal de Escobar (AVE) y del ARI se abrazaron bajo el paraguas del Acuerdo Cívico y Social, en una experiencia electoral que les dejó el sinsabor de quedar a un puñado de votos de entrar en el reparto de las diez bancas de concejales en pugna.

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En la noche del jueves 21 de mayo de 2009, el ahora senador provincial Roberto Costa convidaba una jugosa conferencia de prensa en el salón de eventos de Jet Set junto a la máxima autoridad escobarense del ARI, Aída Holtz. Era el lanzamiento de una unidad impuesta desde las cúpulas partidarias provinciales que en Escobar se suscribió a regañadientes, duró poco y terminó mal.

Como producto de aquel acuerdo, la licenciada Silvia Zaffirio, recomendada por Holtz, fue designada como adjunta en la Defensoría del Pueblo ya conducida por la abogada Rocío Fernández, que había llegado al cargo nominada por AVE. Las relaciones entre ambas nunca fueron buenas y la renuncia de la escolta de Fernández puso en el tapete la vigencia del pacto sellado el año pasado, del que ya nada más queda.

Por si quedaban dudas, Holtz confirmó que tras la dimisión de Zaffirio nada sostiene lo hablado con Costa. “Hubiera correspondido que alguien levante el teléfono y me pregunte qué pasó”, disparó la docente en una entrevista con El Día de Escobar.

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¿Cuál es su impresión sobre lo que ocurrió en torno a la renuncia de Zaffirio?

Yo sabía que había desencuentros entre ambas. En un momento hablé con Silvia y estuvimos de acuerdo en darnos un tiempo para mejorar las relaciones de comunicación. Por lo que ella me contaba, había una intención de sacarla del medio, que también significaba sacar del medio al ARI. Pero tampoco hablé con la otra parte, nadie me vino a preguntar nada ni a darme ninguna explicación, aunque no la pedí. Creo que las personas tienen que darse cuenta de que los cargos son pasajeros y que el trato humano hay que tenerlo siempre, con todo el mundo.

¿Usted está planteando que había cierto nivel de autoritarismo en el manejo de la Defensoría por parte de Rocío Fernández?

Y, sí…

Ella relacionó la actitud de Zaffirio a un trasfondo político…

No hubo absolutamente nada de eso. Ahí se llevaban mal entre ellas, había un destrato. Yo no estaba ahí, pero le creo a Silvia.

A partir de lo que pasó, ¿el acuerdo electoral con AVE sigue en pie o ya se cayó?

No, no está vigente desde el momento en que Carrió se fue del Acuerdo Cívico.

¿Se venía sosteniendo territorialmente? ¿Había diálogo entre el AVE y ARI?

No, después de las elecciones no nos vimos nunca más. El acuerdo sólo lo sostenía Silvia estando en la Defensoría.

¿Se arrepintió de haberle transferido a Zaffirio el ofrecimiento de entrar a la Defensoría, que inicialmente era para usted?

No, porque que ella era más útil que yo. No me arrepiento. Sí me gustaría que haya una Defensoría con otra apertura. Por un lado, defendió a los usuarios del gas, pero por el otro no tocó qué está pasando con el puerto de regasificación de YPF, que está entre las sombras y no sabemos si un día va a explotar. No estoy cuestionando a Rocío Fernández, porque también tiene sus cosas, es una mujer preparada, pero es muy joven y creo que eso le dificulta el cargo.

¿Conversó con Costa sobre lo que pasó?

No.

¿Y no hubiera correspondido?

No. En todo caso hubiera correspondido que alguien levantara el teléfono y me preguntara qué pasó. Yo no pedí ni el acuerdo ni la defensoría adjunta. Podríamos haber conversado, sí, pero las cosas ya estaban así.

¿Fue un mal trago el acuerdo?

Para mí todo es un aprendizaje. En una próxima oportunidad no aceptaría en estas condiciones.

Por Ciro D. Yacuzzi

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