Eliana Santillán brilló con luz propia en los escenarios de Cosquín y la Chaya

Como cada verano, la bailarina escobarense desplegó todo su talento en los principales festivales de Córdoba y La Rioja. “Si puedo bailar, puedo ser feliz”, asegura.

Junto al ballet Camin participó de la apertura de las  nueve lunas del festival de Cosquín, como lo hace desde 2006.

Como ocurre todos los años y sobre todo en época estival, la bailarina escobarense Eliana Anabel Santillán (31) volvió a desparramar su pasión por la danza en los festivales más importantes del país. Después de pasar por Cosquín y la Chaya, se encuentra ahora viajando para presentarse en Salta y pensando en los proyectos para cuando regrese al terruño.

Desde 2006, Eliana tiene el privilegio de estrenar su calendario artístico-profesional abriendo el Festival Nacional de Folclore de Cosquín, como integrante del ballet oficial Camin. “Si bien es cierto que hace años participo de este festival, es difícil explicar lo que siento, porque no es un escenario más. Cosquín tiene una magia especial. Todo el año uno trabaja abocado a la danza desde distintos lugares y sin embargo siempre espera enero para volver a este lugar”, expresó a EL DIA de Escobar sobre las sensaciones de subir al escenario mayor de América.

Para terminar de graficar lo que representa bailar en el Atahualpa Yupanqui, citó a la gran aerofonista argentina Mariana Cayón: “Cosquín es magia, es encanto y dulce desafío. Es un antes y un después en la vida de cualquier artista. Nunca terminaré de agradecer a Dios la posibilidad de haberme permitido ser parte de esta maravilla”.

Tras su participación en el festival de música folclórica más importante del país, donde abrió cada una de las nueve lunas coscoinas, la también licenciada en Folclore (IUNA) siguió viaje a la provincia cuyana de La Rioja para ser parte de la ceremonia popular y danzar de la mano de Sergio Galleguillo en el tradicional y convocante festival de la Chaya, que culminó este jueves 20.

“Participar de la Chaya para mí es siempre enriquecedor, poder vivir esta fiesta popular compartiendo con artistas y amigos alimenta el espíritu. En cuanto al espectáculo, este año sufrió complicaciones por las fuertes lluvias, varias noches fueron suspendidas y postergadas y afectó a las presentaciones artísticas, pero pude cumplir con algunas de ellas”, señaló.

En cuanto a las diferencias entre Cosquín y la Chaya, explicó que “se dan dos cuestiones: el hecho artístico y la celebración pagana. Al conocer y vivir la tradición en el festejo popular, para mí toma otro significado. En cuanto al festival artístico el escenario implica las mismas sensaciones y respeto, y desde lo popular es una ceremonia y un festejo único”.

Si bien las dos presentaciones más importantes del verano ya pasaron, la confesa admiradora de Los Manseros Santiagueños ahora viajará a un festival de Salta y por delante la espera otro año cargado de trabajo. “Los próximos compromisos que se vienen son en Viedma, donde nuevamente estaré dictando cursos de técnica de la danza tradicional y estilizada, continuó con presentaciones junto al ballet Camin y se acerca la presentación en el teatro municipal de Escobar junto a los hermanos Miranda”, anuncia.

Está claro que contrataciones no le faltan y tiempo no le sobra, pero así y todo Santillán no se olvida de sus pagos y continúa trabajando con el ballet local Milagro de la Copla. “El año pasado colaboramos mucho con peñas y eventos solidarios, pero a la vez mi idea es generar con el grupo presentaciones dentro y fuera de la provincia, llevar mi trabajo a distintos festivales”, comenta.

En 2013 participaron en un festival internacional de cultura en Paraguay, estuvieron en Viedma, Córdoba y en el Festival del Parque Luro, en La Pampa. “Allí estuve a cargo de la apertura, de la que fueron parte bailarines escobarenses y compartimos escenario con un grande como Horacio Guaraní”.

Además, en su rol de docente adelantó que este año continuará a partir de marzo con los talleres para toda la comunidad en el Club de Leones de Escobar, iniciará nuevamente las clases de tango y tiene la idea de abrir un nuevo taller de danzas clásicas para niños.

“El folclore es parte fundamental de mi vida, la danza es mi forma de vida, amo bailar y amo enseñar. Si puedo bailar puedo ser feliz, es una necesidad en mí”, concluyó la excelsa bailarina.

Por Damián Fernández

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