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El equipo de Maschwitz arrancó en desventaja a los 3’ del primer tiempo y no estuvo a la altura del desafío. Desordenado, sin ideas ni agresividad, sufrió una dura derrota por 3 a 0.
La expectativa que generaba el debut de Deportivo Armenio en 32avos de final de la Copa Argentina 2023 se desvaneció en un abrir y cerrar de ojos. No hubo ni siquiera un atisbo de ilusión o nerviosismo en los hinchas que viajaron hasta La Plata para acompañar al equipo en el duelo contra Argentinos Juniors: a los 3 minutos ya estaba perdiendo y nunca demostró actitud ni condiciones para revertir el resultado.
Más allá de la lógica diferencia de jerarquía entre un equipo de la máxima categoría y otro de Primera B, Armenio no llegó a cumplir los presupuestos mínimos para una presentación de esta magnitud. Faltó a la cita. En el primer centro que cayó al área, Gabriel Ávalos se elevó imponente y sin obstáculos para abrir el marcador con un cabezazo a quemarropa.
Con el factor anímico en contra desde el vamos, todo se le hizo más difícil de la cuenta al equipo de Ingeniero Maschwitz. Recién pasados los veinte minutos se dieron algunas asociaciones interesantes y acercamientos al área rival. Pero nada muy serio ni profundo.
Por arriba. Armenio tuvo algunos intentos con pelota parada, pero no logró llevar peligro.
Argentinos dominó a gusto y placer el juego de manera casi exasperante ante la impotencia de Armenio, que se replegó muy atrás y relegó casi toda pretensión de pelear.
El 1 a 0 con el que se fueron al descanso fue más negocio para Armenio que para Argentinos. Para el complemento Grabinski movió el banco y trató de adelantar a sus jugadores, pero sin orden ni criterio terminó siendo contraproducente: los dirigidos por Gabriel Milito encontraron más huecos por donde entrar y a los 6’ llegó el segundo, de penal, tras una imprudencia de Jonathan Guenzani al disputar una pelota desde el piso.
Para colmo, el arquero Iván López adivinó la intención de Ávalos y llegó a desviar la ejecución, aunque sin evitar que la pelota ingrese pegada al palo. Si quedaba alguna esperanza para Armenio, en ese instante se derrumbó.
Para peor, diez minutos después llegó el tercero por intermedio de Gastón Verón, que definió con el arco libre. Armenio ya estaba completamente desorientado y aturdido.
Al acecho. Àvalos fue el goleador del partido y siempre inquietó a la defensa del tricolor.
A esa altura, lo mejor que podía pasarle el equipo de la colectividad era que el partido termine para no sufrir una derrota más dolorosa que, finalmente, no ocurrió.
La muestra final de impotencia fue la expulsión de Fabricio Gómez cerca del epílogo, por una dura infracción contra Rodrigo Cabral.
Por lejos, fue la peor presentación de Armenio en Copa Argentina ante un equipo de primera división. Hasta ahora, en los tres antecedentes que registraba había perdido siempre de pie y por el mismo marcador: 2 a 1; Newell’s en 2013, Unión de Santa Fe en 2015 y Godoy Cruz en 2019, en un partido que ganaba hasta el minuto 45 y se le escabulló increíblemente en el tiempo adicional.
Es cierto que este Armenio no es el del año pasado, que salió campeón invicto del Clausura con Mario Gómez. Lo demuestra su irregular inicio de esta temporada.
Tampoco se podía esperar demasiado de un equipo que hace una semana cambió de técnico. Pero el plan de Grabinski, más allá de la endeble ejecución, no fue bueno. Y que haya dejado en el banco al escobarense Lautaro Montani, quien venía siendo una de las figuras del equipo, resulta poco menos que incomprensible.
La Copa Argentina ya es historia para los de Maschwitz, que ahora deberán volver a poner el foco en el campeonato y tratar de enderezar el rumbo al enfrentar este domingo a Deportivo Merlo en el estadio Armenia.
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