“Fachada de ciudades y puertos ecoamigables”

Asociaciones ambientalistas del distrito cuestionan la construcción de Puertos del Lago y del Puerto de Regasificación

Llámese Ciudad o Puerto del Lago, la denominación no cambia al objetivo, sólo intenta justificarlo ante la opinión pública.
Ciudad o Puerto, no tan verde ni ecológicamente sustentable, como quiere hacerlo ver su mentor, sólo verde económicamente en dólares, como lo hace ver vergonzosamente bajo forma de lluvia en la página de Internet. Tan fachada ecoamigable, hipócrita y ambigua, como la que desarrolló su hijo hace algún tiempo en lo que fue el primer Festival de Cine Ambiental de la Ciudad de Buenos Aires en Cinemark Palermo, mientras su padre continúa destruyendo humedales valiosísimos desde Nordelta en Tigre.
Puerto habitacional y puerto regasificador de GNL, Constantinilandia y DeVidolandia, respectivamente. Ninguna crisis habitacional o energética los avalan o justifican, sólo negocios y negociados que el ciudadano escobarense ha ido permitiendo con su indiferencia, o peor aún: con su complicidad en algunos casos.
El Estado ausente avala y acata lo que los desarrollos privados y estatales proponen y disponen, y los puertos invaden y se amontonan en nuestras riberas fluviales naturales, zonificadas de recreativas a urbanas e industriales, y entonces ya disponibles para objetables intereses empresariales privados y estatales gubernamentales impunes.
Hábil e hipócritamente, alejado de reales buenas intenciones ecoamigables, el citado ecléctico e insaciable empresario desarrollador “urbanalístico” concretó en rueda de prensa nacional y zonal hacer looby periodístico y propagandístico, presentando a la sociedad su clonado y monótonamente  aberrante sistema de comercialización urbanalística destructora de humedales, ecosistema vital al cual no considera importante.
Su interés no es otro que el de intentar captar inversores acaudalados, oportunistas e inescrupulosos, y mercenarios con el medio ambiente, compradores highclass, huecos ecoculturalmente y voluntades serviles cómplices que acompañen.
Querer argumentar que se tratará de una ciudad ecosustentable es falaz y perverso, porque haberla concretado sólo habrá sido logrado aniquilando las bondades y servicios ambientales de los humedales modificados irreversiblemente, sobre los cuales se desarrollará por terraplenado endicante y rellenado por refulado a partir del movimiento de suelos, practicado para la creación del lago en cuestión.
Los servicios ambientales, en general, son desconocidos por la ciudadanía, pero claramente reconocidos por los especialistas de todo el mundo. Es así que estudios recientes del INTA clasifican a la región que se extiende desde la barranca de El Cazador hasta el Río Paraná de “Altísimo Valor Biológico y Ambiental”, ubicando a la región en las primeras posiciones.
Una actividad es realmente ecosustentable cuando permite generar  beneficios económicos manteniendo al ecosistema, para que las generaciones futuras puedan gozar de los mismos beneficios cuyos derechos se busca preservar. Así lo establece nuestra Constitución Nacional.
Considerar que es generoso hablar de un intangible y reducido corredor verde biológico biodiverso, preservando la margen ribereña, sólo habla de lo mínimo necesario establecido por la ley 6.253, la cual obliga a conservar la planicie de inundación de un curso fluvial (pero no teniendo en cuenta el área de restricción requerida frente a eventos climáticos adversos extraordinarios que pudieran ocurrir cíclicamente).
Además, las 60 hectáreas (6.000 metros por 100 metros) tal vez preservadas respecto de las casi 1.400 hectáreas representan un miserable 4% insustentable y corresponden al camino de sirga que no le pertenecen en realidad porque son de uso público.
Las posibles y periódicas inundaciones, crecidas y sudestadas, ordinarias y extraordinarias, probablemente no afectarán al emprendimiento. Pero sí lo harán sobre terceros aledaños desprotegidos que no posean cotas de inundación suficientes (otros barrios cerrados o abiertos,  o isleños  que poco importen).
Esto es lo que ocurre tanto en Tigre desde que Nordelta, Santa Bárbara y otros barrios con similares características han sido construidos.
Si se decidiera poblar la región, nuestra legislación sólo permite que se construyan viviendas tipo palafíticas, es decir, sobre pilotes, como en el Delta, con una vivienda para una familia tipo por hectárea, pemitiendo de esta manera mantener las características  del suelo.
La contaminación del acuífero ya se está produciendo por las otras urbanizaciones desarrollándose a hecho consumado, es cierto. Puertos del Lago sólo generará más impacto ambiental sinérgico y acumulativo, porque indefectiblemente al momento de creación de lagos artificiales la excavación y los movimientos de suelo en los humedales conectan y contaminan los acuíferos por destrucción del acuicludo.
Argumentar como positivo los puestos de trabajo que se generarán da para preguntarse si éstos serán mano de obra temporaria, limitada a la etapa constructiva, o si una vez desarrollado será sólo personal de servidumbre, sin otro campo de progreso, poder de capacitación y crecimiento laboral que el de cubrir las necesidades y expectativas frívolas de la población que ocupará las parcelas adquiridas.
Sólo cabe y resta preguntarse si el lanzamiento de preventa significa que el ordenamiento territorial y la zonificación que autorizará formal y legalmente el manejo del suelo ha sido avalado, y que la DIA (Declaración de Impacto Ambiental) al EIA (Estudio de Impacto Ambiental) ha sido otorgada. Entonces, si así fuera: ¿habrán cometido las autoridades de los órganos de Aplicación (OPDS, Autoridad del Agua, Dirección de  Hidráulica, entre otros) otra nefasta resolución funcional, esta vez beneficiando al culturoso empresario, como en su momento beneficiaron al nefasto basural isleño, por todos conocido?
¿Será posible que la ciudadanía no reaccione frente al conocimiento de que es la ANSES parte integrante del paquete accionario de la consultora Consultatio, propiedad del aniquilador de humedales?
Estado, Juez y parte. Estado accionista y financista, socio y cómplice de un privado insaciable. Esto es, Estado ausente para proteger al patrimonio natural escobarense (aunque sea privado) y presente para estar inmerso en negocios. Corrupción legalizada, pacto empresario-estatal decidiendo los destinos escobarenses. Ordenamiento territorial y zonificación municipal cómplices abonaron el terreno para que esto suceda.
Concluyendo: En Escobar se vivía mejor, se vive mal y se podrá vivir peor. Una ciudad pueblo satélite de megabarrios  cerrados  náuticos  abarrotantes, y un puerto proveedor de gas natural potencialmente inflamable y explosivo están naciendo.
El camino hacia el abismo está en curso y estamos dando un paso tras otro hacia él.
Reflexionando: Está en todos nosotros seguir aceptando que los acontecimientos se sigan produciendo como hasta ahora o encaminar  el rumbo hacia un Escobar mejor.
Asociación Ambientalista del Partido de Escobar
Asociación Ambientalista Los Talares de Ingeniero Maschwitz

Llámese Ciudad o Puerto del Lago, la denominación no cambia al objetivo, sólo intenta justificarlo ante la opinión pública.

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Ciudad o Puerto, no tan verde ni ecológicamente sustentable, como quiere hacerlo ver su mentor, sólo verde económicamente en dólares, como lo hace ver vergonzosamente bajo forma de lluvia en la página de Internet. Tan fachada ecoamigable, hipócrita y ambigua, como la que desarrolló su hijo hace algún tiempo en lo que fue el primer Festival de Cine Ambiental de la Ciudad de Buenos Aires en Cinemark Palermo, mientras su padre continúa destruyendo humedales valiosísimos desde Nordelta en Tigre.

Puerto habitacional y puerto regasificador de GNL, Constantinilandia y DeVidolandia, respectivamente. Ninguna crisis habitacional o energética los avalan o justifican, sólo negocios y negociados que el ciudadano escobarense ha ido permitiendo con su indiferencia, o peor aún: con su complicidad en algunos casos.

El Estado ausente avala y acata lo que los desarrollos privados y estatales proponen y disponen, y los puertos invaden y se amontonan en nuestras riberas fluviales naturales, zonificadas de recreativas a urbanas e industriales, y entonces ya disponibles para objetables intereses empresariales privados y estatales gubernamentales impunes.

Hábil e hipócritamente, alejado de reales buenas intenciones ecoamigables, el citado ecléctico e insaciable empresario desarrollador “urbanalístico” concretó en rueda de prensa nacional y zonal hacer looby periodístico y propagandístico, presentando a la sociedad su clonado y monótonamente  aberrante sistema de comercialización urbanalística destructora de humedales, ecosistema vital al cual no considera importante.

Su interés no es otro que el de intentar captar inversores acaudalados, oportunistas e inescrupulosos, y mercenarios con el medio ambiente, compradores highclass, huecos ecoculturalmente y voluntades serviles cómplices que acompañen.

Querer argumentar que se tratará de una ciudad ecosustentable es falaz y perverso, porque haberla concretado sólo habrá sido logrado aniquilando las bondades y servicios ambientales de los humedales modificados irreversiblemente, sobre los cuales se desarrollará por terraplenado endicante y rellenado por refulado a partir del movimiento de suelos, practicado para la creación del lago en cuestión.

Los servicios ambientales, en general, son desconocidos por la ciudadanía, pero claramente reconocidos por los especialistas de todo el mundo. Es así que estudios recientes del INTA clasifican a la región que se extiende desde la barranca de El Cazador hasta el Río Paraná de “Altísimo Valor Biológico y Ambiental”, ubicando a la región en las primeras posiciones.

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Considerar que es generoso hablar de un intangible y reducido corredor verde biológico biodiverso, preservando la margen ribereña, sólo habla de lo mínimo necesario establecido por la ley 6.253, la cual obliga a conservar la planicie de inundación de un curso fluvial (pero no teniendo en cuenta el área de restricción requerida frente a eventos climáticos adversos extraordinarios que pudieran ocurrir cíclicamente).

Además, las 60 hectáreas (6.000 metros por 100 metros) tal vez preservadas respecto de las casi 1.400 hectáreas representan un miserable 4% insustentable y corresponden al camino de sirga que no le pertenecen en realidad porque son de uso público.

Las posibles y periódicas inundaciones, crecidas y sudestadas, ordinarias y extraordinarias, probablemente no afectarán al emprendimiento. Pero sí lo harán sobre terceros aledaños desprotegidos que no posean cotas de inundación suficientes (otros barrios cerrados o abiertos,  o isleños  que poco importen).

Esto es lo que ocurre tanto en Tigre desde que Nordelta, Santa Bárbara y otros barrios con similares características han sido construidos.

Si se decidiera poblar la región, nuestra legislación sólo permite que se construyan viviendas tipo palafíticas, es decir, sobre pilotes, como en el Delta, con una vivienda para una familia tipo por hectárea, pemitiendo de esta manera mantener las características  del suelo.

La contaminación del acuífero ya se está produciendo por las otras urbanizaciones desarrollándose a hecho consumado, es cierto. Puertos del Lago sólo generará más impacto ambiental sinérgico y acumulativo, porque indefectiblemente al momento de creación de lagos artificiales la excavación y los movimientos de suelo en los humedales conectan y contaminan los acuíferos por destrucción del acuicludo.

Argumentar como positivo los puestos de trabajo que se generarán da para preguntarse si éstos serán mano de obra temporaria, limitada a la etapa constructiva, o si una vez desarrollado será sólo personal de servidumbre, sin otro campo de progreso, poder de capacitación y crecimiento laboral que el de cubrir las necesidades y expectativas frívolas de la población que ocupará las parcelas adquiridas.

Sólo cabe y resta preguntarse si el lanzamiento de preventa significa que el ordenamiento territorial y la zonificación que autorizará formal y legalmente el manejo del suelo ha sido avalado, y que la DIA (Declaración de Impacto Ambiental) al EIA (Estudio de Impacto Ambiental) ha sido otorgada. Entonces, si así fuera: ¿habrán cometido las autoridades de los órganos de Aplicación (OPDS, Autoridad del Agua, Dirección de  Hidráulica, entre otros) otra nefasta resolución funcional, esta vez beneficiando al culturoso empresario, como en su momento beneficiaron al nefasto basural isleño, por todos conocido?

¿Será posible que la ciudadanía no reaccione frente al conocimiento de que es la ANSES parte integrante del paquete accionario de la consultora Consultatio, propiedad del aniquilador de humedales?

Estado, Juez y parte. Estado accionista y financista, socio y cómplice de un privado insaciable. Esto es, Estado ausente para proteger al patrimonio natural escobarense (aunque sea privado) y presente para estar inmerso en negocios. Corrupción legalizada, pacto empresario-estatal decidiendo los destinos escobarenses. Ordenamiento territorial y zonificación municipal cómplices abonaron el terreno para que esto suceda.

Concluyendo: En Escobar se vivía mejor, se vive mal y se podrá vivir peor. Una ciudad pueblo satélite de megabarrios  cerrados  náuticos  abarrotantes, y un puerto proveedor de gas natural potencialmente inflamable y explosivo están naciendo.

El camino hacia el abismo está en curso y estamos dando un paso tras otro hacia él.

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