La reciente condena a Luis Patti sigue teniendo repercusiones en la sociedad escobarense. Este sábado a la tarde, el campito de la estación del ferrocarril fue escenario del Festival por la Memoria, la Verdad y la Justicia.
El encuentro contó con bandas de rock y de cumbia, exposición de fotos de los 45 desaparecidos escobarenses y muchos choripanes. “La consigna de hoy es mucho chori y nada de paty”, arengaba jocosamente el moderador del festival.
Desde pasadito el mediodía hasta las 21, tocaron Inocente Calavera, La Clase K, Revelión y otros. También estuvo presente la murga Los Chifladitos, de Maschwitz.
Fueron muchas las agrupaciones sociales y políticas allí reunidas también: CTA-Escobar, “6,7,8” Garín-Escobar, la Comisión por la Memoria y los Derechos Humanos de Escobar, la Corriente Kolina y muchos otros estuvieron presentes en la organización y el apoyo.
También se acercaron familiares de José Gonçalvez y de los hermanos Luis Rodolfo y Guillermo D’Amico, en cuyas desapariciones estuvo involucrado Luis Patti.
“El día de la sentencia fue el final de un camino súper largo. Hace 35 años que estamos reclamando que la Justicia nos escuche. En ese tiempo Patti fue intendente, candidato a gobernador y después de eso fue elegido por la gente como diputado. Me preocupaba mucho que la gente votara a un tipo como Patti. Hoy en día creo que está distinta la cosa. Creo que la sociedad quiere crecer bien. Ya no queremos como gobernantes a gente involucrada con el terrorismo de Estado”, afirmó Gastón Goncalvez, hijo de José y músico de Los Pericos.
Por su parte, el abogado querellante Pablo Llonto expresó que “el apellido Patti significó siempre un símbolo de la impunidad. Parecía inalcanzable para la justicia”. En el mismo juicio también se condenó a otras personas, y Llonto hizo hincapié en ese aspecto: “Para nosotros fue muy importante que reciba una condena el capitán del Ejército Martín Rodríguez, que era totalmente desconocido, porque él fue uno de los principales torturadores en Campo de Mayo. Por su picana pasaron muchas personas”, señaló.
Cayó la noche y la gente se dispersó tranquila, abrazada, sonriendo de satisfacción. De a poco van encontrando memoria, verdad y justicia.
Gastón Gonçálvez y Pablo Llonto fueron oradores en el festival.
La reciente condena a Luis Patti sigue teniendo repercusiones en la sociedad escobarense. Este sábado a la tarde, el campito de la estación del ferrocarril fue escenario del Festival por la Memoria, la Verdad y la Justicia.
El encuentro contó con bandas de rock y de cumbia, exposición de fotos de los 45 desaparecidos escobarenses y muchos choripanes. “La consigna de hoy es mucho chori y nada de paty”, arengaba jocosamente el moderador del festival.
Desde pasadito el mediodía hasta las 21, tocaron Inocente Calavera, La Clase K, Revelión y otros. También estuvo presente la murga Los Chifladitos, de Maschwitz.
Fueron muchas las agrupaciones sociales y políticas allí reunidas también: CTA-Escobar, “6,7,8” Garín-Escobar, la Comisión por la Memoria y los Derechos Humanos de Escobar, la Corriente Kolina y muchos otros estuvieron presentes en la organización y el apoyo.
También se acercaron familiares de José Gonçalvez y de los hermanos Luis Rodolfo y Guillermo D’Amico, en cuyas desapariciones estuvo involucrado Luis Patti.
“El día de la sentencia fue el final de un camino súper largo. Hace 35 años que estamos reclamando que la Justicia nos escuche. En ese tiempo Patti fue intendente, candidato a gobernador y después de eso fue elegido por la gente como diputado. Me preocupaba mucho que la gente votara a un tipo como Patti. Hoy en día creo que está distinta la cosa. Creo que la sociedad quiere crecer bien. Ya no queremos como gobernantes a gente involucrada con el terrorismo de Estado”, afirmó Gastón Goncalvez, hijo de José y músico de Los Pericos.
Por su parte, el abogado querellante Pablo Llonto expresó que “el apellido Patti significó siempre un símbolo de la impunidad. Parecía inalcanzable para la justicia”. En el mismo juicio también se condenó a otras personas, y Llonto hizo hincapié en ese aspecto: “Para nosotros fue muy importante que reciba una condena el capitán del Ejército Martín Rodríguez, que era totalmente desconocido, porque él fue uno de los principales torturadores en Campo de Mayo. Por su picana pasaron muchas personas”, señaló.
Cayó la noche y la gente se dispersó tranquila, abrazada, sonriendo de satisfacción. De a poco van encontrando memoria, verdad y justicia.
Por Marcos B. Federman