SR. DIRECTOR:
Estoy tremendamente indignada con el proceder del personal jerárquico de ese lugar y lo voy a llamar así porque para mí no es un sanatorio y tiene que cerrarse. Pero ese es otro tema.
Yo trabajé para ese lugar 2 años. Amo trabajar con la gente y con la tercera edad aún más (gente que ha ido y me conoce no me deja mentir), son nuestros abuelos. Ellos me echaron como a un perro y para no pagarme me injuriaron con mentiras que me dan asco.
Me quitaron a los viejitos, que para mí era muy hermoso poder ayudarlos. Obviamente está todo en la Justicia y no voy a parar hasta que limpien mi nombre. Me ensuciaron en mis entrevistas laborales cuando llamaban y pedían referencias, de hecho, luego no me llamaban. Me enteré de eso en el Ministerio de Trabajo, dicho por sus propios abogados.
Pero no importa, de todas maneras voy a conseguir empleo igual.
¿Por qué tanta saña conmigo? Simplemente por no llevarme bien con la sobrina de la Jefa de Personal. Al principio no había gente porque nadie la aguantaba; de hecho, yo me fui llorando muchas veces y luego, cuando fueron quedando chicas en la Mesa de Entrada, obviamente todas amigas de la sobrina, me desechó sin importarle al lugar y a nadie mi buen desempeño en mi trabajo y con los abuelitos, que por cierto ellos siempre muy atentos conmigo, siempre me traían sus presentes, porque ellos son así de agradecidos.
Gracias por el espacio.
Nancy Uliambre (Belén de Escobar)