Tiene 46 años y desde los 18 trabaja en esa dependencia, donde se inició atendiendo ad honorem en la mesa de entradas. “Es un sueño cumplido”, afirma.

Tiene 46 años y desde los 18 trabaja en esa dependencia, donde se inició atendiendo ad honorem en la mesa de entradas. “Es un sueño cumplido”, afirma.