El dueño de la hostería Caballito Blanco, Francisco Pereyra Espasandino, se rehusó a hablar en su primera citación judicial. Sigue detenido en la comisaría 1ra de Escobar y sería inminente su traslado a un penal.

El dueño de la hostería Caballito Blanco, Francisco Pereyra Espasandino, se rehusó a hablar en su primera citación judicial. Sigue detenido en la comisaría 1ra de Escobar y sería inminente su traslado a un penal.
El hombre, de 77 años, llamó a la Policía para denunciar que la había encontrado sin vida. Pero los pesquisas descubrieron una herida cortante en el cuello de la víctima y cartas donde confesaba que quería matarla.