La reciente visita a Garín del diputado nacional Francisco De Narváez y sus declaraciones a la prensa dejaron al desnudo que su bloque de concejales no tiene cohesión, afinidad ni rumbo claro. A tal punto que esta semana llegó a hablarse de una fragmentación inminente, aunque la decisión terminó postergándose por, al menos, un par de semanas.
La realidad marca, hace rato largo, que cada uno de sus tres concejales anda por un camino distinto. Solo Néstor Bodes seguiría ligado al “Colorado”, pese a su sugestiva ausencia en la recorrida que el candidato a gobernador realizó el martes en el barrio Bedoya. Su hijo, que sí estuvo, le pasó parte de enfermo cuando preguntaron por él. “Tiene una intoxicación terrible”, aseguró el joven.
El presidente del bloque, Jesús Angioi, hace un año merodea las reuniones que organiza Sergio Massa en Tigre. Y también tiene contactos con algunos sectores del duhaldismo. Pero, por alguna razón, aún no se decide a blanquear su alejamiento de las filas del colombiano. Y es que el panorama es tan incierto que no se sabe qué sorpresas puede deparar el cierre de los acuerdos electorales ni la inscripción de candidaturas. Hacer un movimiento sobre un terreno así implicaría el riesgo de pisar en falso sin posibilidades de retroceder.
Quienes conocen a “Cacho” Angioi señalan que ganas de pegar el portazo no le faltan. “Si Francisco se alía con los radicales yo me voy ya, ¡si siempre estuve en la vereda de enfrente!”, habría advertido en una charla con allegados donde dejó abierto un amplísimo abanico de posibilidades. Entre ellas, y por más descabellado que pueda sonar, sumarse al bloque oficialista.
Por su parte, Luis Balbi sigue recostado sobre Felipe Solá y mantiene en ese palenque su coherencia política. Es que él formó parte de la lista de Unión-PRO, en 2009, como referente del espacio del ex gobernador, que en esas elecciones cerró filas con De Narváez y Mauricio Macri.
“Nosotros entramos en pos de un acuerdo que abajo lo estamos cumpliendo y arriba no lo cumplen”, indicó en relación a la escisión posterior entre el porteño y el “bonaerense”. En cuanto a su situación personal, agregó: “Yo sigo perteneciendo a las filas del felipismo, trabajando en la primera sección y esperando los acuerdos electorales, que lamentablemente se van haciendo esperar”.
La inconsistencia del bloque como tal tiene su correlato tanto en las sesiones, donde brinda un apoyo casi irrestricto a la gestión municipal, como en una productividad legislativa bajísima. Además, son conocidas las desavenencias entre sus integrantes, quienes hasta ahora se han cuidado bastante de exhibirlas públicamente. En todo caso, llegará el momento en unas semanas, cuando se definan los frentes electorales y las candidaturas.
“No me gusta que quienes nos votaron y confiaron en nosotros hoy nos encuentren divididos”, expresó el martes De Narváez al ser consultado por El Día de Escobar sobre la situación de la bancada local, una especie de jenga a punto de perder la tensa estabilidad de sus pocas piezas.