La nena de 2 años que había sido salvada por un policía de El Cazador tras haber caído a una pileta de natación falleció este jueves en el hospital de San Fernando, donde se encontraba internada desde el lunes en terapia intensiva, a causa del irreversible daño sufrido durante los minutos en que estuvo sin respirar.
La dramática historia, que inicialmente parecía tener un final feliz, concluyó con el peor desenlace imaginable. Sin embargo, dejó gestos humanos dignos de aplaudir.
El lunes 7, alrededor de las 13, un vecino escuchó desde una vivienda ubicada en Lincoln y Margaritas fuertes gritos de auxilio de una mujer que pedía una ambulancia. Inmediatamente llamó al Destacamento Policial, distante una cuadra. Ante la falta de personal, el jefe de la dependencia acudió al lugar en forma inmediata y se encontró con una imagen desoladora: tras haber caído a la pileta y quedar sin pulso, una niña de tan solo dos años yacía en brazos de su desesperada madre.
Rápidamente, el oficial inspector Matías Córdoba le aplicó respiración boca a boca y le hizo ejercicios de reanimación cardio-pulmonar (RCP). Así, logró que la criatura expulsara líquido y mostrara signos de reacción. “Como el patrullero estaba en el fondo del barrio y una ambulancia hubiera tardado por lo menos 20 minutos, decidí llevarla en mi auto al hospital”, explicó el uniformado a El Día de Escobar.
En el Erill, después de 50 arduos minutos y “por milagro”, según la expresión de un médico, lograron resucitar a la pequeña.
Horas más tarde, fue trasladada al hospital de San Fernando a fin de que se le realizaran tomografías y encefalogramas. Pero tras permanecer más de 48 horas en terapia intensiva falleció a causa de las irreversibles secuelas sufridas durante el tiempo que estuvo sin poder ingresar oxígeno a su cerebro.
El inspector Daniel Córdoba había salvado providencialmente la vida de la nena.
La nena de 2 años que había sido salvada por un policía de El Cazador tras haber caído a una pileta de natación falleció este jueves en el hospital de San Fernando, donde se encontraba internada desde el lunes en terapia intensiva, a causa del irreversible daño sufrido durante los minutos en que estuvo sin respirar.
La dramática historia, que inicialmente parecía tener un final feliz, concluyó con el peor desenlace imaginable. Sin embargo, dejó gestos humanos dignos de aplaudir.
El lunes 7, alrededor de las 13, un vecino escuchó desde una vivienda ubicada en Lincoln y Margaritas fuertes gritos de auxilio de una mujer que pedía una ambulancia. Inmediatamente llamó al Destacamento Policial, distante una cuadra. Ante la falta de personal, el jefe de la dependencia acudió al lugar en forma inmediata y se encontró con una imagen desoladora: tras haber caído a la pileta y quedar sin pulso, una niña de tan solo dos años yacía en brazos de su desesperada madre.
Rápidamente, el oficial inspector Matías Córdoba le aplicó respiración boca a boca y le hizo ejercicios de reanimación cardio-pulmonar (RCP). Así, logró que la criatura expulsara líquido y mostrara signos de reacción. “Como el patrullero estaba en el fondo del barrio y una ambulancia hubiera tardado por lo menos 20 minutos, decidí llevarla en mi auto al hospital”, explicó el uniformado a El Día de Escobar.
En el Erill, después de 50 arduos minutos y “por milagro”, según la expresión de un médico, lograron resucitar a la pequeña.
Horas más tarde, fue trasladada al hospital de San Fernando a fin de que se le realizaran tomografías y encefalogramas. Pero tras permanecer más de 48 horas en terapia intensiva falleció a causa de las irreversibles secuelas sufridas durante el tiempo que estuvo sin poder ingresar oxígeno a su cerebro.