Durante la actual gestión municipal, el perfil político de la Secretaría de Gobierno ha mutado más de una vez. En sus primeros seis meses, con el ahora concejal “Coty” Rognone, quedó aplastada por el hegemónico mando del entonces Jefe de Gabinete, Walter Blanco. Si bien se desarrolló en similares circunstancias, la presencia posterior del también saviense Hugo Cantero permitió ver una actitud más decidida en algunas áreas, aunque dejó una confusa herencia para su siguiente ocupante, Roberto Palau, sin duda el más sumiso de los tres.
Hoy desde afuera del Palacio Municipal, y sin el nombramiento que esperaba en el gobierno provincial -supuestamente demorado-, Cantero sigue estando cerca de la gestión de Sandro Guzmán, a quien le augura otro mandato que lo catapulte en la Intendencia hasta 2015.
En una entrevista con El Día de Escobar, el ex funcionario analizó el escenario político actual, bendijo la ayuda del gobierno nacional al distrito, reflotó las banderas contra el pattismo y remarcó la necesidad de que haya más debate y participación a nivel comunal.
Ahora que no está adentro, ¿cómo ve la gestión de Sandro Guzmán?
Pondero la relación con el gobierno nacional, que se ha portado bien con Escobar. Eso me pone muy contento, porque la recomposición de las relaciones era una decisión estratégica que Escobar debía tomar.
¿Qué tienen de distintas la primera mitad y la segunda que está en curso?
La primera parte fue novedosa, porque veníamos de una ausencia de gestión. Se tomó un rumbo y había que tomar decisiones muy rápido. Y enseguida vinieron las elecciones. Hubo más vértigo. Lo que logró el gobierno municipal después de las elecciones es una pausa y ahora creo que va a volver el vértigo, porque queda la reelección del intendente y se van a tomar decisiones para el nuevo Escobar que va a haber en los próximos años.
La próxima obra que anunció el intendente para Maquinista Savio es la terminal de ómnibus. ¿Está de acuerdo o cree que se saltearon otras prioridades de la localidad?
Después de tantos años de desinversión municipal en Savio es como que se necesita mucho más. Pero lo mejor no puede ser enemigo de lo bueno. Hay que apoyar esa iniciativa y seguir trabajando en otras cuestiones, como el programa “Argentina Trabaja”, temas de saneamiento y la empleabilidad de la gente.
¿Se está desarrollando todo de acuerdo a sus expectativas o siente algún déficit?
Me tocó trabajar fundacionalmente en muchas cosas y el mayor logro es que hayan seguido adelante. Por momentos veía que estas medidas retrocedían y hoy veo que vuelven a fortalecerse. Me asustó mucho cuando, desde la cultura, se proponía más la gala que la masividad. Creo que lo que falta es participación y, centralmente, más política. Mi estilo es la apertura, por momentos demagógica, si se quiere, tratando de que todos los sectores sientan al Estado como un amigo.
Como peronista, ¿comparte la idea de que Guzmán es un merecido candidato a la reelección?
Sí, creo que hay que darle una oportunidad. Con sus vaivenes y todas las cosas que se le puedan criticar, hay cosas que le voy a ponderar. En la 125, cuando fue el problema de la puja distributiva, mandó siempre la gente a la protesta, cuando otros se borraban. Y se encuentra totalmente alineado al gobierno nacional. Pedirle más tendría que ver con análisis muy puntuales.
¿Visualiza internas en el PJ?
Internas siempre hay, pero no creo que le cueste trabajo en la interna, porque casi todas las partes del peronismo están adentro y Sandro contiene gran parte de la expresión residual de las anteriores gestiones, está todo en la misma bolsa. No sé si eso alcanza para una elección general, porque la gente no vota pasado, vota futuro, y hay que marcarle bien el horizonte de lo que se viene para los próximos años. Ese tiene que ser el desafío, saber el norte. Y una vez que lo demostremos, la gente lo interpelará.
Hablando de candidaturas, alguien que militó junto a usted con “Paco” Fernández de Rosa, “Tito” Achaval, acaba de anunciar la suya por el peronismo disidente. ¿Cómo lo ve?
Leí que habla de un proyecto, no se plantea ganar. Creo que es bueno, porque mueve un poco el avispero. Las aguas viene muy calmas y yo soy de la idea de que haya más debate, más acción, más dinámica. Como Partido Justicialista, nosotros deberíamos generar más debate. Escobar debería hacer más públicas sus manifestaciones sobre las políticas nacionales. Estamos en un momento interesante: Con Kirchner se ha recuperado el valor de la política para transformar la realidad. En eso estamos en deuda. Y por eso surgen expresiones como las de Achaval, que son saludables, y seguramente van a surgir otras de gente que no se siente contenida por el espacio del intendente.
¿Se ve volviendo o con ganas de volver en 2011 o considera que ya aportó su cuota?
Uno es un militante, a veces se puede ayudar desde adentro y otras desde afuera. Me gustaría trabajar en la batalla cultural contra el pensamiento arcaico dominante que hay en Escobar. Al pattismo, que fue el mejor intérprete de este pensamiento retrógrado, se le ganó desde la política, pero ahora falta ganarle la batalla ideológica y cultural.
Cantero reclamó más actitud militante al kirchnerismo.
Durante la actual gestión municipal, el perfil político de la Secretaría de Gobierno ha mutado más de una vez. En sus primeros seis meses, con el ahora concejal “Coty” Rognone, quedó aplastada bajo la suela del amplio mando del entonces Jefe de Gabinete, Walter Blanco. Si bien en similares circunstancias, la presencia posterior de Hugo Cantero permitió ver una actitud más decidida en algunas áreas, aunque dejó una confusa herencia para su siguiente ocupante, Roberto Palau, sin duda el más sumiso de los tres.
Hoy desde afuera del Palacio Municipal, y sin el nombramiento que esperaba en el gobierno provincial -supuestamente demorado-, Cantero sigue estando cerca de la gestión de Sandro Guzmán, a quien le augura otro mandato que lo catapulte en la Intendencia hasta 2015.
En una entrevista con El Día de Escobar, el ex funcionario saviense analizó el escenario político actual, bendijo la ayuda del gobierno nacional al distrito, reflotó las banderas contra el pattismo y remarcó la necesidad de que haya más debate y participación a nivel comunal.
Ahora que no está adentro, ¿cómo ve la gestión de Sandro Guzmán?
Pondero la relación con el gobierno nacional, que se ha portado bien con Escobar. Eso me pone muy contento, porque la recomposición de las relaciones era una decisión estratégica que Escobar debía tomar.
¿Qué tienen de distintas la primera mitad y la segunda que está en curso?
La primera parte fue novedosa, porque veníamos de una ausencia de gestión. Se tomó un rumbo y había que tomar decisiones muy rápido. Y enseguida vinieron las elecciones. Hubo más vértigo. Lo que logró el gobierno municipal después de las elecciones es una pausa y ahora creo que va a volver el vértigo, porque queda la reelección del intendente y se van a tomar decisiones para el nuevo Escobar que va a haber en los próximos años.
La próxima obra que anunció el intendente para Maquinista Savio es la terminal de ómnibus. ¿Está de acuerdo o cree que se saltearon otras prioridades de la localidad?
Después de tantos años de desinversión municipal en Savio es como que se necesita mucho más. Pero lo mejor no puede ser enemigo de lo bueno. Hay que apoyar esa iniciativa y seguir trabajando en otras cuestiones, como el programa “Argentina Trabaja”, temas de saneamiento y la empleabilidad de la gente.
¿Se está desarrollando todo de acuerdo a sus expectativas o siente algún déficit?
Me tocó trabajar fundacionalmente en muchas cosas y el mayor logro es que hayan seguido adelante. Por momentos veía que estas medidas retrocedían y hoy veo que vuelven a fortalecerse. Me asustó mucho cuando, desde la cultura, se proponía más la gala que la masividad. Creo que lo que falta es participación y, centralmente, más política. Mi estilo es la apertura, por momentos demagógica, si se quiere, tratando de que todos los sectores sientan al Estado como un amigo.
Como peronista, ¿comparte la idea de que Guzmán es un merecido candidato a la reelección?
Sí, creo que hay que darle una oportunidad. Con sus vaivenes y todas las cosas que se le puedan criticar, hay cosas que le voy a ponderar. En la 125, cuando fue el problema de la puja distributiva, mandó siempre la gente a la protesta, cuando otros se borraban. Y se encuentra totalmente alineado al gobierno nacional. Pedirle más tendría que ver con análisis muy puntuales.
¿Visualiza internas en el PJ?
Internas siempre hay, pero no creo que le cueste trabajo en la interna, porque casi todas las partes del peronismo están adentro y Sandro contiene gran parte de la expresión residual de las anteriores gestiones, está todo en la misma bolsa. No sé si eso alcanza para una elección general, porque la gente no vota pasado, vota futuro, y hay que marcarle bien el horizonte de lo que se viene para los próximos años. Ese tiene que ser el desafío, saber el norte. Y una vez que lo demostremos, la gente lo interpelará.
Hablando de candidaturas, alguien que militó junto a usted con “Paco” Fernández de Rosa, “Tito” Achaval, acaba de anunciar la suya por el peronismo disidente. ¿Cómo lo ve?
Leí que habla de un proyecto, no se plantea ganar. Creo que es bueno, porque mueve un poco el avispero. Las aguas viene muy calmas y yo soy de la idea de que haya más debate, más acción, más dinámica. Como Partido Justicialista, nosotros deberíamos generar más debate. Escobar debería hacer más públicas sus manifestaciones sobre las políticas nacionales. Estamos en un momento interesante: Con Kirchner se ha recuperado el valor de la política para transformar la realidad. En eso estamos en deuda. Y por eso surgen expresiones como las de Achaval, que son saludables, y seguramente van a surgir otras de gente que no se siente contenida por el espacio del intendente.
¿Se ve volviendo o con ganas de volver en 2011 o considera que ya aportó su cuota?
Uno es un militante, a veces se puede ayudar desde adentro y otras desde afuera. Me gustaría trabajar en la batalla cultural contra el pensamiento arcaico dominante que hay en Escobar. Al pattismo, que fue el mejor intérprete de este pensamiento retrógrado, se le ganó desde la política, pero ahora falta ganarle la batalla ideológica y cultural.
Por Ciro D. Yacuzzi