Una mujer fue gravemente herida de un balazo en la cabeza y su hijo en un hombro por delincuentes que entraron a robar a su casa de Ingeniero Maschwitz.
El hecho sucedió esta madrugada -alrededor de las 5- en una vivienda situada en la calle Lambaré 58, entre Colectora Oeste y Bufano, a la que entraron dos delincuentes armados con pistolas tipo 9 milímetros y sus caras cubiertas con medias. Ante la presunta resistencia de las víctimas, balearon a un adolescente de 15 años y luego a su madre, que se interpuso en la línea de fuego para protegerlo.
Fuentes policiales indicaron que las víctimas se negaron a darles a los delincuentes lo que les pedían, razón por la cual estos la emprendieron a tiros contra el hijo del matrimonio y la mujer. El joven recibió tres balazos en el hombro y el brazo derecho, mientras que a su madre le dispararon en la cabeza y en el pecho. Ambos fueron trasladados al hospital Erill de Escobar y luego internados en el sanatorio de los Arcos, en el barrio porteño de Palermo.
Sin embargo, otra versión da cuenta de que los hampones entraron directamente al dormitorio del joven y le dispararon porque no se despertaba. Fue ahí cuando la madre salió en su defensa y recibió los disparos.
El robo, finalmente, no llegó a concretarse y los ladrones se escaparon después de herir a sus víctimas. Uno se lanzó desde el balcón de la planta alta, por el que habrían ingresado a la vivienda, y otro se tiró desde una claraboya, casi a unos diez metros de altura, según indicó a El Día de Escobar un vecino, Leonardo Enriques. En su apuro por huir, olvidaron un pistolón antiguo sobre un mueble.
En la vivienda donde ocurrió el hecho estaban Miguel Nicolás Lucero (63) y su esposa Nilda Beatriz Villafañe (54), con sus dos hijos Miguel Nicolás Liberato Lucero (15) y Antonela Fabiana Lucero (21). La familia es oriunda de Córdoba y está viviendo circunstancialmente en Maschwitz porque el hombre es topógrafo y fue contratado para trabajar en la planta potabilizadora que la empresa Aysa está construyendo en Dique Luján.
La causa, caratulada «tentativa de robo y lesiones», quedó en manos de la fiscal Irene Molinari.