Ingeniero Maschwitz amaneció este viernes con una tristísima noticia: el fallecimiento de Daniel Lucio Pérez Lagomarsino, un conocido y querido médico de la localidad, quien tenía 74 años y venía luchando contra una compleja enfermedad.
La noticia de su fallecimiento se conoció a través de las redes sociales y para muchos fue una dolorosa sorpresa, aunque en los últimos meses su estado de salud era muy delicado. En abril había estado internado en la Clínica Fátima de Escobar. Transitoriamente logró sobreponerse a ese trance, pero después su cuadro volvió a complicarse.
Durante cinco décadas ejerció su profesión con una vocación de servicio de la que seguramente cada paciente suyo podrá dar fe. Graduado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires en 1973 y especialista en neumonología, hizo la residencia en el Hospital Eva Perón (ex Castex) de San Martín, donde después realizaría su carrera médica hasta jubilarse.
Pérez Lagomarsino nació en Buenos Aires en 1949 y vivió en Florida (Vicente López) hasta 1978, cuando decidió mudarse a Ingeniero Maschwitz. En su casa de la calle Lamadrid abrió un consultorio por el que pasaron cientos y cientos de vecinos de todas las edades, a quienes atendió con dedicación y calidez. Al mismo tiempo, fue haciendo amistades y ganándose el afecto de la comunidad.
En la década de los noventa tuvo una breve incursión en la vida política escobarense, como concejal por la Unión Cívica Radical. Resultó electo en los comicios de 1991 y ejerció su mandato hasta abril de 1993, cuando pidió licencia en su banca. Desde entonces no regresó al Concejo Deliberante ni volvió a intervenir en la función pública.
El Grupo Médico Maschwitz, el Policlínico Altos del Sol y Consultorios Life fueron algunos de los lugares en los que se desempeñó profesionalmente durante el último tiempo, además de hacerlo a domicilio. En febrero, debido a su estado de salud, dejó de hacerlo. No obstante, seguía siendo presidente del Círculo Médico de Escobar, cargo que asumió en 2020 tras el fallecimiento de Eduardo Mocoroa a causa del Covid-19.
En el plano personal, tuvo seis hijos: Hernán (45), Gabriela (43), Florencia (35), Ramiro (23), Candela (21) y Facundo (18). Los tres primeros fueron fruto de su matrimonio con Estela De Simone, mientras que los más jóvenes surgieron de la relación con su compañera actual, Erica Trunso.
Ayudado por sus hijas mayores, en las últimas semanas había creado una cuenta de Instagram para despuntar su otra pasión: la gastronomía. Así fue que pasó de recetar medicamentos a hacer recetas de cocina. “Soy cocinero. No soy profesional, pero hago platos que no tienen nada que envidiarles a lujosos restaurantes y reproduzco las recetas de mi mamá, la abuela Lina, a la perfección”, contaba.
En la primera publicación también comentó una pintoresca anécdota por la cual de adulto decidió agregarse el apellido de su madre. “Cuando me mudé a Ingeniero Maschwitz había un colega que también se apellidaba Pérez y como éramos poquitos en el pueblo, los vecinos y pacientes se hacían un lío bárbaro. Así fue que empecé a usar el apellido materno”.
Con el tiempo, esa confusión se diluyó. Y no solo eso: Daniel Pérez Lagomarsino pasó a ser un nombre propio en Ingeniero Maschwitz y en el partido de Escobar, que hoy lamenta su partida y lo despide con profundo aprecio.
Repercusión en las redes sociales
Apenas se conoció la noticia, cientos de vecinos se volcaron a las redes sociales para expresar su tristeza y dolor por el fallecimiento de Daniel Pérez Lagomarsino, un galeno que sin dudas dejó un gratísimo recuerdo en quienes pudieron conocerlo de cerca.
El Círculo Médico de Escobar lo recordó como “un gran profesional” y “una gran persona”. “Su compromiso permanente con sus pacientes y con sus colegas es el gran legado que nos deja”, afirmaron desde la entidad de la calle Colón.
“Daniel conjugaba tres virtudes que no son fáciles de encontrar juntas: muy buena persona, muy buen profesional y con una gran vocación de servicio a la comunidad. Vamos a sentir mucho su ausencia”, expresó un reconocido colega suyo, el escobarense Gustavo Lemme.
“Me salvó tantas veces en cuarenta años… recuerdo que iba a su consultorio en Ingeniero Maschwitz y esperábamos horas, pero valía la pena. Un vacío enorme deja en sus pacientes. Su don de gente, respetuoso y amable lo distinguían del resto”, publicó Nilda Ferreyra, una paciente suya, en Facebook.
Otro vecino, Daniel Sastre, comentó: “Me invade una tristeza enorme, Daniel no solo era mi médico, también lo consideraba un amigo. Su calidez humana, su forma de contener a sus pacientes, hacían de él un gran profesional. Buen viaje amigo, estés donde estés, sé que vas a brillar”.
El sepelio del “Tordo”, como muchos lo llamaban cariñosamente, se llevó a cabo este viernes en una cochería de la avenida San Martín, en Belén de Escobar.