El desborde poblacional de Belén de Escobar, con su consecuente correlato diario en el tránsito vehicular y peatonal por el centro de la ciudad, han hecho que las líneas blancas de cruce en las esquinas constituyan un verdadero aporte al ordenamiento y la seguridad vial.
Sobre la avenida Tapia de Cruz, principalmente en el trayecto que va desde las vías hasta la plaza San Martín, es una constante ver a peatones cruzar a cualquier altura, muchas veces poniendo en riesgo su propia integridad ante el paso de los autos con luz verde en el semáforo de Mitre.
Las sendas peatonales, en ese sentido, cumplen una función clara, que va más allá de simples aspectos estéticos. El hecho de explicitar a los caminantes lo que ya deberían saber ha servido para corregir un apreciable porcentaje de la conducta descripta, según pudo verse cada vez que la Municipalidad realizó esas demarcaciones.
En estos días, la Subsecretaría de Servicios Públicos e Infraestructura volvió a repintar las sendas peatonales de la avenida principal en sus intersecciones con las calles Colón, Mitre, Asborno e Hipólito Yrigoyen. La tarea, a juzgar por lo visto, está mejor realizada que en las últimas oportunidades y seguramente tendrá por ello una mayo durabilidad.
A diferencia de las veces anteriores, en esta ocasión se preparó el pavimento con una base de tres centímetros de asfalto caliente antes de llevar a cabo las correspondientes demarcaciones con pintura vial blanca.
Desde la Comuna, en un comunicado destacaron que estos arreglos se suman a “trabajos de bacheo, reparaciones de cordones y rampas para discapacitados, tareas de desobstrucción, succión y destape de sumideros y operativos de poda correctiva destinados a mantener limpia y ordenada la ciudad”.