Un supuesto tercero en discordia irrumpió en la sala y quiso suspender la ceremonia. Pero el alboroto, claramente orquestado, fue una anécdota más. Chiche Gelblung y Pía Shaw fueron los testigos del mediático casamiento.
Pasadas las once y media de la mañana, los mediáticos Guido Süller (56) y Marcos Sebastián Loyola (30), más conocido como Tomasito, llegaron este lunes al Registro Civil de Escobar en un descapotable negro decorado con las típicas cintas blancas que indican que habrá boda.
Ambos de riguroso traje negro, camisa clara, moño bordó, anteojos oscuros y al grito de “¡Sí, se puede!”, pararon el auto en plena calle Alberdi provocando un caos de tránsito. En el ingreso al Centro Cívico los esperaban una gran cantidad de periodistas, cámaras de televisión, algunas vecinas y fans de la zona, amigos contados con el dedo de una mano y ningún familiar.
Los dos, visiblemente felices y emocionados, agradecieron la presencia de la prensa. “Ustedes son nuestra familia”, aseguró Guido luego de explicar que su hermana, la también mediática Silvia Süller. «Está indignada con la idea de que le deje toda la herencia a Tomasito el día que yo me muera y no quiso venir”, contó el ex azafato, quien está radicado hace ya quince años en Ingeniero Maschwitz.
Entre sonrisas socarronas y un tono de voz demasiado exaltado para la ocasión, explicó que el resto de su familia estaba ocupadísima como para asistir a la ceremonia. Pero se tomó unos minutos para recordar a su padre, fallecido la semana pasada: “En sus últimas palabras me dijo que me veía los ojos tristes. `Ahora, papá, te aseguro que soy feliz´”, expresó.
En medio del cablerío de los micrófonos y las cámaras de los canales de televisión, los novios llegaron a la súper poblada sala del Registro Civil para dar comienzo a su unión.
El primer problema fue la falta de aire acondicionado: “Me descompongo”, se quejaba Süller, al tiempo que se sentaba dramáticamente en su silla. Pero eso, que se solucionó rápidamente, no fue nada al lado del escándalo que armó un hombre vestido con saco rosado, el pelo platinado y gafas negras. Irrumpió en la sala con los brazos en alto gritando que estaba ahí para impedir la boda.
El histriónico joven, que dijo llamarse Sebastián, aseguró que todo era una farsa y que tenía fotos de Tomasito desnudo porque eran amantes. “Esto no va a quedar así”, vociferó antes de que la jueza llamara al personal de seguridad para que lo retiraran de la sala.
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Luego del altercado, la boda siguió entre muchas lágrimas y palabras emotivas, con los periodistas Chiche Gelblung y Pía Shaw como testigos. Al momento del intercambio de anillos, Süller se puso de pie y le habló a Tomasito: “Soy un hombre grande, muy solitario, quiero terminar mis días con un compañero que me dé amor, que me dé compañía. La vida me pegó por todos lados, acaba de fallecer mi papá. Una de cal y una de arena. Espero que esto me salga bien. Me he equivocado tantas veces en la vida…». Tomasito, por su parte, le dijo: “Sabés que soy un desastre, pero te amo y te juro lealtad hasta el día de la muerte”.
El periodista Chiche Gelblung, que años atrás demostró con un test de ADN en vivo y en directo que los ahora cónyuges no eran padre e hijo como decían en un primer momento, fue escueto cuando le tocó hablar y simplemente les deseó mucha felicidad a los recién casados.
Pía Shaw se extendió un poco más. Recordó que en diez años la pareja pasó por muchas situaciones, buenas y malas. Señaló que al principio pensaron que eran padre e hijo, que luego comenzaron una relación, que ambos estuvieron con otras personas, que se robaron dinero, que Guido veía fantasmas en su casa y que Tomasito fue quien lo ayudó a espantarlos…
La celebración continuó con una comida, por canje, en Rodizio de Puerto Madero. Y parece que la luna de miel será en Disney, depende de la recaudación que los novios logren con los regalos. “Como nuestra casa ya está equipada, si querés hacernos un regalo, ayudanos con nuestra luna de miel en efectivo. ¿Cómo? En la fiesta habrá una alcancía son sobres para que nos ayudes”, rezaba el reverso de la invitación.
En fin, una boda fuera de lo común en un lunes común en Belén de Escobar. Si se casaron por amor o por conveniencia, solo ellos lo saben.
Por Florencia Alvarez
Fotografías: Infobae