Las muertes por accidentes viales siguen siendo un mal sin remedio al que Escobar, lejos de estar al margen, sumó dos nuevas víctimas en el breve lapso de cinco días.
A la altura del kilómetro 47 de la autopista Panamericana, frente al country Septiembre, un motociclista de 33 años perdió al vida este miércoles 7 luego de que lo atropellara un camión Scania, cuyo conductor se dio a la fuga.
El trágico accidente ocurrió alrededor de las 13.30 en la mano a Provincia. La policía tomó intervención por un llamado al 911 y cuando se constituyó en el lugar encontró al cuerpo del joven tendido en el carril central, con su moto Yamaha a unos tres metros.
La víctima fue identificada como Cristian Nicolás Vega, oriundo de Avellaneda.
Datos aportados por un testigo permitieron establecer que el camión, del que llegó a tomar el registro de la patente, pertenece a una empresa radicada en la provincia de Santa Fe. Sobre esta información los detectives confían en dar con el conductor prófugo.
La causa, caratulada “homicidio culposo”, quedó en manos de la UFI N° 1 de Escobar.
La tragedia anterior
También en Belén de Escobar, en la madrugada del viernes 2 se produjo un impresionante accidente que días más tarde cobró ribetes trágicos al producirse la muerte de una de las víctimas.
El aciago episodio ocurrió a la 1.15 en la esquina de Tapia de Cruz y Colón, un lugar donde no es habitual que se produzcan este tipo de accidentes, cuando un Renault Clío que circulaba por la avenida chocó a un Fiat 147 que intentaba cruzarla.
Según versiones, el Clío, conducido por un joven de 19 años, transitaba a una considerable velocidad. Pero otro factor que habría contribuido a la colisión sería un auto mal estacionado sobre la esquina de la avenida que obstaculizó la visión a los conductores.
A causa del impacto, Susana Alejandra Pilaría (30 años), que viajaba como acompañante en el 147, sufrió heridas de extrema gravedad, fue internada en el hospital de San Fernando y falleció el lunes a la mañana, luego de haber sido sometida a varias intervenciones quirúrgicas, según indicaron a este medio fuentes cercanas a la víctima.
El lamentable caso adquiere más dramatismo aún por sus singulares connotaciones. Esa noche Pilaría no iba a salir de su casa, pero aceptó la insistencia de una amiga para “ir a tomar algo”. A esto se agrega que el joven que manejaba el Renault Clío era un conocido de las chicas.