-
-
El actor desplegó todo su potencial creativo, cómico y musical, en un show desopilante. “Me divertí mucho, fue la mejor noche en mucho tiempo”, le dijo a El Día de Escobar.
Cuando uno lo ve sobre el escenario, tan al natural, sin cortes, sin editar, se da cuenta de que está ante un artista en toda la dimensión de la palabra. Y aunque por esa profesionalidad pueda engañar al público, dio toda la sensación de que Alfredo Casero también se divirtió mucho en Escobar, donde trescientos espectadores se mataron a carcajadas y terminaron con las palmas rojizas de tanto aplaudir.
Quien recuerde con nostalgia “Cha, Cha, Cha” y esté ansioso por ver lo nuevo de “Peter Capussoto y sus videos” en la televisión pública, si este sábado 22 no fue al teatro Seminari se podrá lamentar mucho haberse perdido “Estese confuso”. En su nueva versión del espectáculo “The Casero Experimendo”, el ex socio humorístico de Diego Capusotto, Fabio Alberti y Mex Urtizberea desplegó un show fantástico, con humor hilarante al máximo, música y también reflexiones profundas.
Casero se permite de todo, porque sabe que su público le agradecerá cada trangresión. Y en señal de gratitud, mostrando que está presente no solo de cuerpo, rompe un clima y se sale -como en todo momento- del libreto para soltar, a modo de leyenda de cartel: “Bienvenido a Escobar, Casero no”, tras la enésima humorada soez que acaba de decir.
El contacto con el público, explícito y cargado de complicidades, fue uno de los aspectos más sobresalientes del espectáculo, aunque su línea argumental es también meritoria y los aportes musicales -incluyendo “Shimauta” y una tierna intervención de su hija- logran una atmósfera realmente envolvente.
“La pasé muy bien, me divertí mucho. No sabía que era un público tan exactamente para esto. Creo que se da porque trabajo muy artesanalmente con la gente. Me parece bárbaro poder hacer esto en mi vida y poder ir encontrándome con gente en diferentes lugares. Se va haciendo una red estratégica, que se va dando sola”.
Pese a que ya había pasado la medianoche y terminaba de dar una actuación seguramente agotadora, antes de abandonar el teatro Casero se detuvo a dialogar con El Día de Escobar y reveló sus sensaciones tras esta nueva presentación: “Es una suerte encontrarme con gente que me trata como a un hermano, me entiende. No me llevo recuerdos, porque yo voy quemando y voy volviendo. Para mí no hay lugares físicos, por ahí este público, de esta manera, está pegado al de Rosario, o al de Luján mañana. En todos lados se cuecen las mismas habas. Pero así como no me llevo nada en particular, me llevo la noche de hoy, que creo que fue la mejor desde hace mucho tiempo”.
