El realizador Damián Dionisio, de la localidad sanfernandina de Victoria, resultó ganador del noveno festival de cine y video independiente Escobar de Película, que se desarrolló este sábado 18 y domingo 19 en el teatro Seminari.
Dionisio participó del certamen con el cortometraje “La mirada perdida” -también premio a la mejor ficción-, donde muestra el proceder de un grupo de tareas en plena dictadura militar y los esfuerzos de una madre por refugiar a su hija en un mundo de fantasías para evitar que observe el horror que acaece en su casa.
Por su parte, la ambientalista Viviana Rebasa se alzó con el premio al mejor cortometraje local por un documental que denuncia la peligrosidad del puerto regasificador de Escobar, instalado en 2011, y su negativo impacto en el Delta del Paraná.
Con una temática coincidente, el cortometraje “Conozcamos nuestros humedales”, de Alejandro Barrero (Los Cardales), se llevó el premio al mejor documental. La estatuilla a la mejor película extranjera fue para la simpática, original y profunda “Abrazos gratis”, del español Carlos Sambricio. Mientras que en la categoría animación el premio lo compartieron “Box”, de Juan Carlos Camardella, y “Adelante”, de Pablo Conde.
El jurado compuesto por Juan Carlos Desanzo, Pablo Torre y Francisco Acri también entregó varias menciones especiales. Una de ellas fue para el maschwitzense Pablo Niseonson, por su documental “Informe sobre la inequidad”. También recibieron menciones “Asistencia al suicida”, de Agustín Kazah (San Fernando) y la actriz Andrea Carballo, de “Lo que haría”, de Capital Federal.
Los treinta cortometrajes finalistas del festival se proyectaron durante la jornada del sábado, en tanto que este domingo se realizó la entrega de premios y se volvieron a pasar las películas ganadoras.
En la apertura de la ceremonia de premiación, el cineasta local y mentor de Escobar de Película, Juan Carlos Villalba, destacó la “altísima profesionalidad” del jurado y expresó su gratitud a los participantes: “Creo que los realizadores, que son gente de una sensibilidad muy especial, perciben el cariño, el respeto y la admiración que sentimos hacia ellos, que son nuestros principales proveedores, porque sin películas no hay festival”.