El pasado 12 de mayo concurrió a Escobar el licenciado Nicolás Scioli, director del OPDS, Organismo Provincial para el Desarrollo Sustentable. El motivo de su fugaz aparición fue promover la consigna de “las tres R” (reducir, reutilizar y reciclar) en territorio bonaerense. La jornada tuvo lugar en la Casa de la Cultura y estuvo limitada exclusivamente a docentes primarios del sector estatal. A raíz de este taller, el alumnado de los maestros asistentes se vio privado de dos días de escolaridad.
De acuerdo con lo publicado por El Diario de Escobar, se le preguntó al licenciado Nicolás Scioli acerca del “relleno sanitario” / basural isleño, clausurado por el OPDS el 20 de junio de 2008. La situación sanitaria en el predio de Transportes Olivos, tras casi un año de su clausura provisional, todavía “sigue en estudio”, afirmó Scioli.
Según la fuente, en su breve paso el licenciado Nicolás Scioli tuvo tiempo de instar a los docentes “a estar bien informados y transformarse en fuentes confiables, para que después no vengan de una organización ambientalista y los engañen”.
Cuán deseable hubiese sido que el funcionario fundamente su acusación puntualizando de qué manera ha sido engañada la sociedad por asociaciones ambientalistas. Quizás no tenga presente Nicolás Scioli que fuimos docentes y asambleístas en conjunto quienes el 22/4/08 denunciamos in situ ante funcionarios de su gobierno los daños ambientales causados por el “relleno sanitario” isleño, cuyo funcionamiento autorizó y supervisó la Gobernación de Buenos Aires a partir de 1998.
En septiembre de 2007 miembros de la Asamblea Ambientalista de Escobar presentamos en La Plata documentación y evidencias de la contaminación causada por el vertedero de la empresa Transportes Olivos en ruta 25 y Río Luján, en instalaciones que hasta aquel momento la Gobernación consideraba “modelo”. La clausura dictada por el organismo que encabeza el propio Nicolás Scioli deja a las claras que dichas denuncias no fueron engañosas.
¿Por qué será que en la cabeza de nuestros políticos rondan sempiternos engaños? ¿Por qué hacer de la descalificación un método? ¿Tilda Nicolás Scioli de engañosos a los asambleístas por abstenernos cortésmente de decir toda la verdad y preferir no señalar que fue el actual intendente y candidato suyo, Sandro Guzmán, corresponsable del gran aumento de basura ingresada a la isla, cuando se autorizó allí mediante su firma como Secretario de Gobierno y Hacienda en la resolución 175/04 el volcado de residuos industriales, provenientes de otras jurisdicciones?
¿Dónde está el engaño? ¿En el texto que redactamos las asociaciones ambientalistas previo a la campaña de 2007 o en la firma de dicho compromiso por parte del candidato Guzmán de crear una planta de tratamiento de residuos para Escobar? Transcurrido ya un año y medio de la gestión de Sandro Guzmán como intendente, todavía no hay señales en nuestro municipio de una recolección diferenciada de los desechos domiciliarios. Tampoco se informa ningún avance respecto de la famosa planta de clasificación y reciclado de residuos, que en rigor debió ser creada allá lejos por 1998, como exigía la misma ordenanza que dio origen al basural isleño, en buena hora clausurado.
Cómo no intuir engaños cuando la Intendencia se niega sistemáticamente a responder nuestro pedido de informes y dar a conocer cuánto es el dinero recaudado en concepto de su nuevo impuesto ecológico o “tasa verde” o cuánto destina a apoyar los programas ya existentes de reciclado, aquellos que desde hace algún tiempo llevan adelante los propios vecinos con esfuerzo diario y aceptable eficacia. Programas que son implementados desde diversas escuelas y que en su momento también impulsaron las damas de la cooperadora del hospital Erill, sin recibir ningún apoyo oficial. En la actual coyuntura, cuando la cotización de materiales se ha derrumbado por la crisis, los logros de estos programas peligran y sus impulsores bregan en soledad, huérfanos de toda asistencia del Estado.
Donde otros ven solo basura, educadores y ecologistas preferimos ver materiales para recuperar. Y nunca pretenderíamos llamar al lector a engaño trazando paralelismos entre estos útiles materiales y políticos expertos en reciclarse.
También los miembros de la Asociación Ambientalista de Escobar, Los Talares y ASCES acostumbramos reunirnos de manera pública y periódica en la Casa de la Cultura de Escobar -Tapia de Cruz 1280-, para promover el desarrollo sustentable. Qué gran cosa sería coincidir alguna vez allí con nuestros funcionarios cuando éstos nos dedican parte de su discurso en sus efímeras visitas.
Asociación Ambientalista de Escobar
Asociación Ambientalista Los Talares
Asociación Socio Cultural Avanzada Escobarense (ASCES)